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En la azotea del edificio Flatiron, se recuesta y mira fijamente el cielo. Ha aprendido que mirar hacia abajo le da vértigo y, si está acostada, puede fingir que no está a veintidós pisos del suelo.
Noya se ríe de ella, como siempre lo hace, pero aún así le toma la mano, porque sabe que la hace sentir mejor. "No puedo creer que todavía tengas miedo a las alturas".
—Creo que es un miedo muy razonable. —Se aleja un poco del borde mientras habla. Ni siquiera quiere estar cerca de él—. Caer en picado hacia la muerte no es una prioridad para mí en este momento.
Él le aprieta la mano. "Sabes que te atraparé si te caes".
Lo haría. Ella no lo duda ni por un segundo. Si ahora mismo se levantara y decidiera lanzarse en picado desde el costado del edificio, no habría nada que se interpusiera entre él y ella, y Noya la tendría a salvo en sus brazos antes de que llegara al piso quince.
Pero aún así, le da mucho miedo.
—Está bien, lo siento, mi instinto primario no reconoce que te mordió una extraña araña de experimentos científicos y ahora desafías todas las leyes de la naturaleza —pone los ojos en blanco, todavía agarrando con fuerza su mano mientras él se sienta erguido a su lado—. Trabajaré en eso.
Nishinoya se inclina y pellizca suavemente la suave piel de su estómago debajo de su camiseta. Ella grita: "Sigue con esa actitud y te arrojaré por el costado de este edificio yo misma".
—Hmm, no eres muy héroe, Spider-Man.
"Sacas lo peor de mí"
Ella sonríe. "Tendré que escribir un artículo sobre esto. 'Spider-Man arroja a un periodista inocente con miedo a las alturas desde el Flatiron Building '. A Jameson le encantará".
Nishinoya se burla. "Sí, estoy seguro de que lo haría. Lástima que estarás ocupado siendo un panqueque en la acera".
Sus ojos encuentran sus manos entrelazadas. Su amistad siempre ha sido natural, todo lo que sucede entre ellos se siente como debe ser. El tomarse de la mano, compartir el sofá y el brazo sobre su hombro. Con Nishinoya siempre es correcto. Ni siquiera tiene que pensar en ello.
Ella observa cómo su pulgar roza su piel. "¿Cómo ha estado todo últimamente?", pregunta.
—Tranquilo —responde Nishinoya—. Salvando gatitos de los árboles y ayudando a ancianas a cruzar la calle. Aparte de Sytsevich, todo ha estado tranquilo desde que murió Osborn. Es un poco extraño, ¿sabes? Es espeluznante.
—Sí, imagino que esperar a que ocurra el próximo desastre puede ser así —comenta, inclinándose hacia atrás para mirar el cielo vacío. Aquí nunca se ven las estrellas—. Oye, Noya.
"¿Sí?"
"¿Crees que te quedarás aquí para siempre?", pregunta. "Solo quédate y sé Spider-Man por el resto de tu vida".
