¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La mano de Kenjiro frota suavemente mi muslo con círculos perezosos mientras permanece estirado en el suelo. Mi espalda está presionada contra su costado, sentada apoyada contra él. Tendo también está apoyado contra mí, sus brazos sueltos alrededor de mis caderas y su cabeza enterrada en mi regazo para que pueda peinarle.
Las mañanas como esta son mis favoritas. Tranquilas. Suaves. Reconfortantes. El suave zumbido de los chicos preparándose, el equipo rondando a mi alrededor mientras se preparan para el día. Por lo general, la única vez que tengo mañanas como esta es para los partidos fuera de casa o los ocasionales partidos de práctica en las universidades con las que practican.
Mis manos se deslizan rutinariamente por el cabello de Tendo, el gel que usa se siente pegajoso en mis dedos mientras le fijo el estilo. El bloqueador central tararea un tono mientras dibuja diseños en las tablas del piso, al ritmo suave de la respiración de Kenjiro.
Ushijima se acerca y se prepara para saltar al lugar de su amigo cuando termine. Me parece adorable la forma en que los jugadores se comportan cuando estoy cerca, especialmente su capitán.
Un golpe en la puerta interpreta la actitud tranquila, atrayendo la atención de todos hacia la puerta entreabierta. Mi cabeza se inclina hacia atrás a tiempo para ver a Kindaichi abrirla lentamente, sus ojos recorriendo la habitación. "¿Está Shiro-Chan por aquí?"
"Buenos días, Dai-Chan", saludo antes de volver a la tarea en cuestión. Paso mis dedos por el cabello de Tendo unas cuantas veces más antes de tocarle la nuca, la señal silenciosa de que ha terminado. Un silencioso "gracias" llega, seguido de un gemido mientras se aleja de mí y se acomoda en el suelo. Su cabeza encuentra un hogar apoyado en el hombro de un infeliz Kenjiro.
Lentamente, mi amigo de la infancia se abre paso por la habitación y se queda de pie, incómodo, frente a mí mientras me limpio el gel de las yemas de los dedos. "¿Podrías... um..." Sus mejillas están rojas mientras mira repetidamente a mi relajado novio. Aparte de la mano pegada a mi muslo, a Kenjiro no parece importarle mucho la situación. "¿Podrías peinarme?", logra preguntar Kindaichi, levantando su cepillo para el cabello y un bote del mismo gel para el cabello que ha usado desde la escuela primaria.
"Claro. Ven a acostarte."
Parece que se le quita un peso del pecho cuando me da el producto y se sienta en el suelo. La posición de Kindaichi es similar a la que tenía Tendo. Su barbilla descansa sobre mi muslo vacío, un brazo alrededor de mi cadera y el otro debajo de él mientras se recuesta boca abajo en el suelo.
La memoria muscular entra en acción mientras deshago los nudos de su cabello, con los dedos suaves para no tirar. Ushijima se arrodilla en el suelo junto a mí, uniéndose al pequeño montón de perros que se está formando, y parpadea mientras me observa trabajar. "Ushi", murmuro, mirándolo mientras paso el cepillo por el cabello de Kindaichi una vez más.
