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"Hola, nena, ¿quién te está enviando mensajes de texto? Tus teléfonos explotan", le preguntas a tu esposo, que está de pie en la cocina mientras prepara un refrigerio para los dos.
—¿Hm? Probablemente Suga o algo así. Solo compruébalo —afirma. Sigues sus instrucciones y tomas su teléfono para ver las notificaciones. Su fondo es una foto de los dos en su luna de miel, era su foto favorita de los dos. La muestra constantemente a todo el mundo, alardeando de lo afortunado que es. —Entonces... ¿quién es?
"Alguien llamó 'Tstsui Yasu'. ¿Quién es ese, Daichi?"
Tu marido no puede evitar poner los ojos en blanco al oír el nombre. "Esa mujer del trabajo. La que no deja de llamarse mi 'esposa del trabajo'. La que nunca me deja en paz, ¿sabes?"
"Oh, ella", te ríes, "no me di cuenta de que estaba TAN obsesionada contigo. Pero no puedo culparla. Te ves MUY bien con tu uniforme de trabajo, Dai".
—Siempre pensé que me veía bien, T/N —bromea, volviendo a sentarse a tu lado en el sofá. No puedes evitar poner los ojos en blanco ante su comentario—. ¿Qué está diciendo? —pregunta mientras le da un mordisco a su sándwich.
"Te envió un video de algunos gatos y solo dijo 'nosotros jajaja'", explicaste, "y luego envió algunas publicaciones más estúpidas y cosas así".
—Dios, nunca abro ninguno de esos. Siempre son tan estúpidos. Solo me gustan los mensajes estúpidos cuando vienen de ti, princesa —dice entre bocado y bocado.
"Hola Dai, ¿puedo ir a visitarte para almorzar en el trabajo mañana? Quiero conocer a mi reemplazante, tu 'esposa de trabajo'", dices antes de tomar el sándwich que te había preparado tu esposo.
"Por supuesto, nunca diría que no a eso".
A la mañana siguiente, empiezas a prepararle el almuerzo a Daichi, una variedad de sus comidas favoritas. Cuando el reloj marca las 12, decides dirigirte a la estación donde trabaja Daichi. Al entrar, ves a una variedad de personas caminando con aspecto ocupado, así que decides quedarte a un lado y enviarle un mensaje de texto a tu esposo cuando llegues.
Mientras miras hacia abajo para mirar tu teléfono, escuchas que alguien se acerca a ti. Levanta la mirada lentamente y establece contacto visual con una mujer más baja que tiene una mano en la cadera. "¿Puedo ayudarte?", hizo una pregunta inocente, pero el tono estaba teñido de amargura. Antes de que pudieras responder, ves la imagen familiar de tu esposo acercándose a ustedes dos. Daichi te estaba mirando, diciéndote telepáticamente que no dijeras ni hicieras nada estúpido. A medida que sus pasos se hacían más fuertes, la mujer frente a ti giró la cabeza para mirar a tu esposo. "¡Sawamura-kun! Hola". Ella sonríe, un contraste drástico con la mirada que te estaba dando.
—Oh, hola, Tsutsui-san —dice antes de volverse hacia ti—. Hola, nena.
La frase confundió a Tsutsui, y antes de que pudiera reaccionar, abrazaste a tu esposo. "Hola Dai", murmuraste en su pecho, "traje el almuerzo". Sonreíste y lo miraste.
—Oh, Daichi-san, ¿quién es? —pregunta Tsutsui, mirando hacia su marido, ignorando por completo su presencia.
"Ésta es mi esposa, T/N", responde con orgullo.
—Hola, soy Sawamura T/N —dices con una sonrisa falsa en tu rostro, extendiendo una mano hacia Tsutsui, que ella ignora.
"Tstsui Yasu. La esposa del trabajo de Daichi." Dice sin rodeos.
—¡Oh! ¡He oído hablar de ti! ¿Eres la Tsutsui Yasu que no deja de hacer estallar el teléfono de mi marido todas las noches? ¿La que no le interesa en absoluto a mi marido y que no deja de seguirlo como un cachorro perdido? ¿La Tsutsui que no deja de referirse a sí misma como la esposa de trabajo de mi marido, a pesar de su incomodidad? Y a pesar del anillo que lleva en el dedo, esa Tsutsui, ¿no?
La conversación se queda en silencio. La tensión en el aire se hace más fuerte. Daichi se mueve incómodo entre los dos, mirándolos a ambos.
Tsutsu se sorprendió por tu franqueza y balbucea: "Yo... bueno, Daichi y yo tenemos una excelente relación de trabajo. Solo bromeamos, ¿sabes?"
—T/N —dice Daichi con severidad—, vamos a almorzar algo...
—Escucha Dai, te amo y podemos ir a comer en un segundo. —Lo interrumpiste, Daichi estaba asombrado por tu nuevo dominio, estaba acostumbrado a que fueras una pareja agradable, cariñosa y amorosa. Pero le gustaba, le gustaba cómo no tenías miedo de luchar por él en el momento. A Daichi siempre le importaba demasiado cómo lo veían otras personas y nunca decía algo que lastimara a otra persona, nunca podía encontrar las agallas para decirle a Tsutsui que dejara de preocuparse demasiado por sus emociones. Daichi era un complaciente.
A estas alturas, ya no permitías que nadie socavara vuestra relación. Fijas tu mirada firmemente en Tsutsui, con un tono firme. "Tsutsui-san, ya es hora de que entiendas los límites. Daichi es mi marido y tu fantasía de "esposa de trabajo" no es algo que le interese".
Daichi te mira con una mezcla de sorpresa y admiración, apreciando en silencio tu asertividad. Tsutsui, sin embargo, parece desconcertado por la confrontación directa.
Continúas: "Lo entiendo, Daichi es amigable con todos en el trabajo, pero tu constante intrusión en nuestra vida personal cruza la línea. Estamos aquí para disfrutar del almuerzo, no para entretenerte con tu obsesión por ser su 'esposa de trabajo'".
Tsutsui se quedó sin palabras. No sabía cómo aplicar su franqueza.
Daichi interviene con tono firme: "Tsutsui-san, aprecio tu amistad en el trabajo, pero T/N es mi prioridad. Por favor, respeta eso".
—Vamos, Dai —dices mientras te alejas, dejando a Tsutsui estupefacto allí. Daichi te sigue de cerca.
—Eso estuvo caliente, princesa —dice Daichi mientras te da un beso en la frente una vez que ambos llegan al auto.
—Mhm, me gusta luchar por lo que es mío —murmuraste contra sus labios, antes de que él te acercara más.
Un destello juguetón brilla en los ojos de Daichi mientras te abraza. "Deberías hacerlo más a menudo", dice, con una sonrisa burlona en los labios.
"Tal vez lo haré."
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