¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Está bien, dime si esto es malo".
Suga asintió y se cruzó de brazos, observando expectante cómo su mejor amigo se enderezaba y, después de aclararse la garganta, decía: "Me gustas mucho. Por favor, sé mi novia".
Daichi esperó. También Suga.
Y entonces el armador frunció el ceño con lástima. "¿Dos semanas de preparación y eso es lo que se te ocurrió?"
Con un suspiro cansado, Daichi se frotó la nuca: "¿Por qué no debería hacerlo simple?"
"Porque eso fue tibio en el mejor de los casos".
"Me pareció muy sincero", murmuró el capitán y se dejó caer en el columpio vacío junto a su amigo. Todavía era bastante temprano en la noche, pero el patio de juegos del vecindario ya estaba desierto.
"En primer lugar, eliminaría el "me gusta mucho". Me atrevo a decir que una obsesión constante de tres años con ella justifica el "amor". En segundo lugar, ¿por qué no agregas un poco más... más? Dile por qué te gusta. Por qué quieres que sea tu novia y cosas así. A las chicas les encantan ese tipo de cosas".
Daichi miró a su dolorosamente soltero amigo y se tragó un comentario.
—Sé lo que estás pensando —Suga levantó las manos en defensa—. Pero ya sabes lo que dicen. Aquellos que no pueden hacer, enseñan. Ahora. Una vez más con sentimiento.
De alguna manera, este fue peor que el primero. Suga sacudió la cabeza pensativamente y se concentró en un cuervo que saltaba de un lado a otro en un banco cercano.
"Quizás un poco de juego de roles podría ayudar", sugirió. "Déjame meterme en el personaje".
—¿Es esto realmente necesario? —preguntó Daichi con el ceño fruncido y escéptico.
"¿ Habrías salido contigo mismo después de esa confesión?"
Daichi se aclaró la garganta nuevamente y un ligero rubor apareció en sus mejillas.
—Está bien. ¿Qué tienes en mente?
Y así los dos chicos practicaron. Suga sugirió probar diferentes enfoques, solo para ver qué "género" de confesión se adaptaría mejor a su mejor amigo. Su ensayo duró tanto que incluso hubo una pausa para tomar un refrigerio en la tienda de conveniencia. Daichi miró su reloj, con una mano agarrando la cadena del columpio mientras mantenía el pan caliente de yakisoba entre sus labios. Todavía faltaban unos buenos 20 minutos para que se suponía que lo encontrarías.
"Creo que la última no fue tan mala", dijo Suga, balanceándose lentamente hacia adelante y hacia atrás y devanándose los sesos en busca de ideas para mejorar. "Intentemos eso de nuevo, pero trata de tener un poco más de confianza. Como si estuvieras seguro de que ella saldrá contigo".
"Pero no lo soy."
"Haz como que lo logras", Suga se encogió de hombros y se levantó de un salto, buscando accesorios en la bolsa de plástico de los bocadillos. Cuando se dio la vuelta para mirar a su amigo para un último repaso, se había metido los dos panes de melón que habían comprado debajo de la camisa.
Esta vez, a Daichi le resultó difícil mantener la cara seria. Se ruborizó constantemente mientras Suga, por su parte, ofrecía la actuación de su vida.
"Vamos, dime que me amas", instó Suga.
"Te... te amo", repitió Daichi y luego continuó: "Todos los días eres lo que más espero de la escuela".
"Está bien, ahora estamos llegando a alguna parte", Suga le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba. Daichi estaba entusiasmado.
"Eres inteligente y divertida, además de hermosa. Todavía no puedo superar la facilidad con la que puedes controlar a los de primer año. Y aunque me llevó demasiado tiempo llegar hasta aquí, no quiero graduarme sin hacerte saber lo que siento".
"Sabes, ahora sería un buen momento para un beso".
El chico de cabello gris se inclinó hacia delante con una sonrisa superior, con la plena intención de tomar a Daichi con la guardia baja y tal vez empujarlo hacia atrás fuera del columpio en el proceso.
"¡Oh! ¡Lo siento mucho! No quise interrumpir. ¡Felicidades!"
"Y/n!"
Daichi casi tropezó mientras intentaba desenredarse del columpio y dio unos pasos hacia ti.
Con movimientos vacilantes, Suga sacó los dos panecillos de su camisa. Para subrayar su desinterés, abrió uno de los paquetes y mordisqueó inocentemente el panecillo blando, fingiendo mirar a cualquier lado menos a ustedes dos.
"Me alegro por ti", dijiste rápidamente, "y no te preocupes, no se lo diré a nadie. Aunque estoy un poco confundida sobre por qué me llamaste aquí".
—T/n —intentó interrumpir Daichi, pero tú estabas absorto en tus divagaciones nerviosas.
"Fue realmente lindo. Tu confesión, quiero decir. Debería haber sabido que te gustaba. Siempre están juntos y parecen tan cercanos".
—T/n —intentó de nuevo.
"Pero, de nuevo, creo que eso no debería ser necesariamente un indicador de amor romántico. Quiero decir, tú y yo somos cercanos y obviamente tú no sientes lo mismo por mí. Y a los hombres se les debería permitir estar cerca unos de otros sin que la gente piense inmediatamente que..."
—¡T/n! —Daichi puso sus manos a ambos lados de tu cara y aplastó tus mejillas regordetas para hacerte parar. Tu boca se convirtió en una especie de boca abierta de pez.
"Lo siento", murmuraste.
"Suga eras tú."
"¿Eh?"
Él apretó tu cara un poco más fuerte, obligándote a mirarlo a los ojos.
"Estaba practicando mi confesión para ti."
—¿Ah, sí? ¡Ah, sí!
Él te dejó ir y dio un paso atrás, observándote pacientemente mientras juntabas las piezas.
Extendió la mano para frotarse la nuca y miró hacia el dosel de un árbol que había encima. "¿Quieres que lo repita?"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
