— Si pudieras quedarte quieto, me ayudarías bastante— murmuré, con una bolsa de un frío contenido gelatinoso adentro.
La estaba poniendo sobre el ojo y ceja de Steve para que la inflamación bajara pero todos sus movimientos y quejas me estaban haciendo perder la paciencia más de lo normal. Solo porque se trataba de él, toleraba un poco más su actitud infantil.
—Bueno, okay, siéntate— dije en un tono falso de amabilidad y de comprensión mientras acomodaba una silla hacia atrás para que se cumpliera mi orden—, iré por pastillas, creo que tengo algo en mi botiquín.
Cuando mi compañero se hizo hacia atrás en el respaldo y dejó sus manos libres, con ayuda de un lazo para el cabello, con rapidez y sin importarme los quejidos de McGarrett, las amarré por detrás para poder proseguir con lo mío.
— ¡Charlie! Es...esta silla ni siquiera es... ¿qué haces?
Solté un suspiro y me felicité a mi misma, lo que desembocó en una risa burlona por ese logro extraño pues, si que era verdad que la silla de la oficina de Steve era ancha y acojinada de la parte de atrás por lo que si dificultaba mi hazaña anterior.
— Ahora guarda silencio, soldadito de juguete.
Steve se rindió y se dejó caer en el respaldo de la silla, a lo que yo me acomodé frente a él, sentada en su escritorio.
— Toc, toc— dijo Lou, con el resto del equipo en el umbral de la puerta de vidrio de la oficina de nuestro jefe—, ¿volvió McKaye?
Viéndolo, al tiempo que desataba a Steve, achiné los ojos mientras negaba con la cabeza, solo para luego recibir la noticia de que teníamos un caso por resolver pues una mujer había sido asesinada y su esposo estaba casualmente de viaje, al menos era lo que Grover y Chin obtuvieron de forma preliminar.
— ¿Y a ti que te pasa?— cuestionó Danny, apuntando al ojo de McGarrett, que se apuntó al ojo sano—. Agh, ¿ves porqué siempre peleamos? En tu otro ojo, genio.
Abrí la boca para poder hablar pero apenas un sonido salió de mi boca, él exclamó que había sido solo una tontería, que era mejor ponernos a trabajar.
— Oye, pero, ¡ugh! ¿Cómo quedó el otro?— preguntó Kono cuando Steve tuvo que retirarse la bolsa con el gel frío—. ¿Te peleaste?
— ¡Ja! Ojalá— dije, pensando que había sido un murmullo, y en su lugar, los demás me miraron esperando una respuesta—. Lo que pasa es que...
Y el sonido del teléfono de Steve llamó nuestra atención, y él, siendo conciente de que la razón de su ojo morado era muy estúpida, sonrió al tiempo que hablaba en un volumen muy elevado, informando a quién sabe quién, que íbamos de camino, por lo que, instándome a salir con solo el movimiento de su cabeza, nuestros amigos se tuvieron que olvidar del relato.
— Oye, ¿entonces si puedo tomar mis vacaciones el otro mes?
— ¿Porqué tanta insistencia?
— Tengo algo importante en esos días...
— ¿Es el concierto?— Miré a Danny con detenimiento, luego a Steve, quien bajó las comisuras de sus labios en un gesto de haberse ofendido, como era normal en él—. No, no es el concierto.
— No, descuida, sé cuál concierto, de hecho yo también iré— declaró Steve, dejándonos a Daniel y a mi con duda y con la palabra en la boca, puesto que rodeó la camioneta después de haber abierto la puerta para mi y subió como si lo que hubiera dicho antes fuese muy gracioso—. ¿Qué?
— Ah, nada.
En el trayecto, Kono, Chin y Grover nos pasaban los datos que Duke y su gente de la policía les habían entregado, y ya que ellos ya habían ido a la escena principal de los hechos, nosotros nos dirigíamos a la morgue para revisar el cuerpo de la mujer de forma rápida, también me tocó obtener la dirección de la familia más cercana de quien respondía al nombre de Dina Gee.
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Revenge
FanfictionVengar a tu única hermana nunca había sido tan fácil y lleno de aventura. Con Steve McGarret como mi compañero y el equipo de la fuerza de Hawaii, nunca me iba a cansar de estar con ellos. Steve McGarret FANFICTION