Pushing bit a bit

321 23 4
                                        

La navidad había sido muy distinta a cualquier otra, incluso a aquella que pasé sin Jenna por primera vez.

Había sido todo planeado en casa de Kono y Adam, quienes sirvieron un banquete japonés extraño, pero delicioso, ni siquiera me había grabado el nombre de la comida, solo había devorado y reído en compañía de mis amigos y de mi papá, quien había vuelto de California después de presentar su jubilación, y no porque fuera demasiado mayor como para pensar que era un anciano sino porque quería, por fin, abrir su propio refugio de animales y dedicarse de tiempo completo a mí. Yo amé esa idea en cuanto la puso sobre la mesa y me sentí felíz de que mi padre también lo fuera.

Pero luego llegó la hora de ir a casa.

Catherine había conseguido una casa pequeña a una cuadra de la mía por lo que la compañía mutua era casi diaria, con excepción de ciertos días en los que ayudaba a mi papá para ver un buen lugar en el que los animales rescatados fueran atendidos como se debía.

Por eso tuve que irme con ayuda de las manos de Danny que conducían su camaro y se detenían a las afueras de su hogar.

— Oye, sé que estoy algo borracha pero también distingo que esta no es mi casa, ¿por qué me trajiste?

El rubio no me respondió, en su lugar, abrió la puerta del copiloto y me ayudó a bajar, caminar y entrar, hasta que estuve en la habitación de huéspedes.

— No quería que estuvieras sola hoy, ¿si? Nop— me interrumpió él cuando quise replicar—, no vas a decir nada, solo te vas a dormir, desayunaremos waffles y me dejarás entrometerme en tu vida con tal de verte feliz.

Me quedé viendo a la puerta y acto seguido, me levanté, con cuidado de no tropezar con mis propios pies, abrí uno de los cajones del tocador y me vestí con un cambio de ropa que había dejado después del funeral de Jenna y me dirigí a la habitación de Grace (a quien Rachel había dejado en casa del detective por pedido de la misma niña), encontrándomela riendo debajo de las sábanas y con una linterna, además de su nuevo celular.

— Pss— La morena bajó la sábana y sonrió, se hizo a un lado sin preguntar o decir algo más, así que, con una risilla discreta, me acurruqué a su lado—. Danny se va a volver loco si nos encuentra y no estás dormida.

— ¿Le dirás que estoy hablando con un chico?

— ¿No eres demasiado pequeña como para mensajearte con un vil niño?

— Tengo 13, Charlie, ¿en qué edad te quedaste?— Esa pregunta me descolocó. ¿Cuántos años le calculaba a la casi adolescente? No dejaba de verla como la infante a la que había rescatado de aquel policía ni de como sus ojos se iluminaban cuando vieron a Danny y Rachel en ese almacén, y luego el recuerdo de Steve cuidándome por el tobillo esguinzado también me abordó—. Papá me dijo que tu y el tío Steve ya no eran novios...

— Tu papá es un chismoso.

Ambas reímos y comenzamos a charlar de, justamente, los novios y lo complicadas que eran las relaciones en ciertos momentos de nuestras vidas, aunque no tocábamos ciertos temas porque ella, para mí, seguía siendo una inocente chiquilla a la que debía proteger, y fue lindo, demasiado, que tuviera a alguien tan pequeño y a la vez tan importante a mi costado, haciéndome calor y un espacio en su vida cuando podía haber hecho lo contrario. De nuevo, era como regresar al tiempo en el que las cosas eran fáciles, cuando solo era una Charlie traviesa que, al dormir, recibía a Jenna en su habitación porque no podía conciliar el sueño, y, aunque al inicio era molesto, fue haciéndose costumbre, tanto, que las pijamadas y noches infinitas solían ser mi pasatiempo favorito...nuestro.

---

Los siguientes días me dediqué a ir a la oficina y continuar con las tareas pendientes de papeleo, que iban desde los básicos informes policiales homologados hasta la citación personal para que yo acudiera a testificar por un caso anterior, y eso era necesario ya que se requería, precisamente, que hiciera uso de mi voz para ayudar a que una familia pudiera ver al culpable recibiendo su merecido tras las rejas.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora