Entre tareas cotidianas en casa y cubrirse de las balas también ocurría que, de vez en cuando, una se podía permitir un poco de calma, de risas y...37 niños en un aula con los ojos pegados en su figura, y no en el mal sentido sino porque de verdad tenían interés en conocer lo que era un policía.
— Entonces, si pones uno de tus pies por detrás del otro, tienes un poco más de estabilidad para disparar y que el impacto no sea tan fuerte para el cuerpo, ¿quién quiere intentarlo?— pregunté calmada, a lo que las manos de la mayoría de los chiquillos se levantaban, al mismo tiempo en que Danny se paraba frente a mí y, con un murmullo, le decía a la maestra que no preguntaba en serio.
— No pueden tomar un arma, Charlie— susurró el rubio, a lo que yo asentí con pena fingida.
— Es que para eso tengo una pequeña de juguete, genio. Pero antes, aplaudan a mi amigo, Max que les dirá algo sobre los cuerpos y lo que les pasa cuando mueren— anuncié con una sonrisa, y aunque pretendí que no sonara tan raro, las manos que antes se alzaron, bajaron lentamente, al igual que un suspiro al unísono por el miedo que eso les había provocado y eso me hizo componer un gesto de incomodidad—. Todos tuyos.
Max agradeció con un movimiento de cabeza y cuando me coloqué a un costado de Daniel, el aludido solo atinó a poner sus dedos índice y pulgar en el puente de su nariz.
— Perdón, no quería decir eso pero...espera.
Mi celular justo sonó con el sonido de la música de rock que había olvidado silenciar, por ende, tuve que salir del salón de clases. A lo lejos vi pasar a cuatro hombres vestidos de negro y con el uniforme de la CIA, sin embargo, como estábamos en una demostración de las diferentes profesiones, supuse que vendrían con el mismo propósito, y quise contestar la llamada pero un niño se acercó con timidez para decirme algo.
— Vaya, Gracie dijo que sus padres eran geniales pero tu eres más genial— No quise sacar al pequeño de su duda por la ilusión que le hizo proferir aquello—, ya veo porque ella es tan valiente, yo quiero ser como ustedes cuando crezca.
Solo eso fue suficiente para que él se fuera y por fin pudiera regresar la llamada, a quien por cierto, era Steve.
— ¿Bueno?
— ¿Sigues con Danny?— cuestionó él con un tono de preocupación, a lo que yo confirmé—. Tienen que irse...
No escuché a la perfección lo que McGarrett decía puesto que, cuando volteaba para ver al detective, que ahora estaba dando su parte de la exposición, los mismos cuatro hombres de la CIA aparecieron en mi campo visual. Ni siquiera se inmutaron para tocar la puerta, solo la abrieron y comenzaron a esposar al detective de Jersey, y claro que, muy de buenas no me puse.
— Oigan, ¡oigan! ¿Qué les pasa?— exclamé, avanzando hacia el interior del aula y dejando que mi celular cayera al suelo sin haber colgado. Eso podría recuperarse, pero no el terror que se formó en la expresión de Grace por presenciar esa escena.
— Hey, Charlie, tranquila, todo va a estar bien y...
— No, detective, no saldrá tan fácil de esta— murmuró el agente que lo llevaba detenido, luego se detuvo en el umbral de la puerta y vociferó: —. Esta detenido por el cargo del homicidio de Marco Reyes.
Y sin más, salió caminando a paso largo.
En un momento no me moví, ni siquiera respiré, solo acumulé la mayor cantidad de oxígeno en mis pulmones, y ni se diga de Max, que miraba la escena con sorpresa a través de sus gafas de montura roja. No fue sino hasta que Grace se acercó a mi y tomó mi mano que reaccioné. La alejé con cuidado y corrí hasta que alcancé a los agentes en el porche de la escuela secundaria.

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Revenge
FanficVengar a tu única hermana nunca había sido tan fácil y lleno de aventura. Con Steve McGarret como mi compañero y el equipo de la fuerza de Hawaii, nunca me iba a cansar de estar con ellos. Steve McGarret FANFICTION