Revenge

Wrong flavor and forgiveness

La tarde había caído sobre Hawaii y con ello, la hora tan esperada para varias personas que asistirían a la feria de recaudación de fondos para el refugio de animales de mi papá.

Todo el Cinco-0, incluidos empleados, habían comprado boletos para la pelea, y mi equipo no solo tendría la oportunidad de ver la demostración de kick-box, sino que estaban ayudando para la coordinación de la vigilancia y de las patrullas que estarían al exterior para ayudar con el tráfico desde muy temprano.

— Papá, ella es la detective Abigail Dunn. Viene desde San Francisco— presenté a la linda mujer de corto cabello rubio y sonrisa amable a Jonathan Kaye, quien estrechó la mano de nuestra nueva compañera—. Llegó esta mañana al cuartel y pensé que le vendría bien familiarizarse un poco más con todos.

— Encantado, Abby. Justo hoy que nos faltan manos con lo último de la decoración...

— La traje para que conozca la isla, no para...

— Descuida, Charlotte. Resulta que soy buena para dirigir eventos— me interrumpió ella,  cubriéndose la cabeza con una gorra entregada por mi padre—. Lo sigo, señor Kaye.

Ellos se fueron, acompañados de Chin, lo que me llevó a tener que ir, con Danny y Kono, a los vestidores, pues debíamos poner algunas botellas de agua de quienes estarían enfrentándose en tan solo unas cuantas horas.

— Wow, tu amiga y su papá hicieron buen trabajo aquí— Alguien hablaba adentro de los vestidores, era una voz femenina, y mi ceño fruncido empujó a Kono a pasar primero. Ella me conocía bien como para saber qué sería lo siguiente de mis acciones—. Oh, eh. ¿Steve?

Dentro de los vestidores estaba McGarrett y también una rubia de nariz respingada, ojos alegres y una sonrisa encantadora que estaba pintada de rosa. Me detuve por completo y escanée a mi alrededor algún espacio en el que faltaran las botellas que se suponía, dejaría.

— Eh, Lynn, ella es Charlotte Kaye. Compañera de trabajo— comenzó el de ojos azules, poniéndose de pie y avanzando hasta mi posición y la del par que me acompañaba—. Charlotte, Lynn Schneider es mi...mi

— Estamos saliendo— aseveró ella sin pena pero tampoco con maldad—. Justo le comentaba a Stevie lo genial que era el refugio, y ya doné también.

Lynn tenía un espíritu amable, y el movimiento de su boleto de asiento para la pelea me dio esa certeza para con ella. Me abrumé bastante y todavía más al estar en medio de Danny y de Kono, teniendo a escasos metros a Steve frente a mis narices.

Mi ex y su nueva pareja salieron con la excusa de seguir recorriendo el refugio a lo que simplemente asentí y, cuando estuvieron lejos, solté el aire que sin saberlo del todo, había acumulado desde que me introduje en los vestidores de hombres.

— ¿Stevie? ¿Q-qué es eso?— cuestioné con hartazgo, ordenando y desordenando las toallas de baño de cada uno de los cubículos improvisados—. Y, ¿qué fue eso de Charlotte? O sea, él jamás me llama por mi nombre completo...

— ¿Estás bien?— preguntó Kono, viendo mi actuar errático y algo descontrolado pues mis piernas iban de un lado para otro sin un orden específico, de hecho, estaba mezclando todos los utensilios médicos de primeros auxilios.

— ¿Porqué no lo estaría?— Me detuve de golpe7 sin dejar de manotear al aire—. Compañera de trabajo, ¿¡pueden creerlo!? Ahora somos compañeros nada más.

Tanto Danny como mi amiga de ojos rasgados me miraron con detenimiento sin responder a toda mi sarta de palabrería que sacaba con rapidez y sin sentido.

— Menos mal no estás celosa...

— Exactamente, no lo estoy, ni debería, ¿p-porqué lo estaría? Iré por comida, vamos.