Justo cuando las cosas no podían ir mejor, algo se tenía que complicar.
Steve se había ido con la promesa de ayudarme con el asunto de mi madre y de ir lento pero seguro con lo que estaba sucediendo entre nosotros.Me había dejado flotando, con una risilla infantil que salía cada dos por tres y con un temblor ligero en todo mi cuerpo solo de recordar...la extrañeza de un momento tan lindo y que no esperaba tener con alguien como McGarrett.
Una vez que me hube duchado y estuve lista para dormir, justo como cuando tu cantante favorito aprieta tu mano y no quieres lavarla, así estaba con mis labios; pensaba que si seguía tocándolos se iba a perder el rastro de haber besado a Steve, pero no podía dejar de hacerlo, de pasar por cada segundo en el que saboreé la ternura y el cariño de alguien a quien yo quería, de saber que sus sentimientos se hicieron míos cuando nuestras bocas entraron en contacto. Era increíble. Cuando ese día las nubes negras amargaron mi jornada con el asunto de mi madre, llegó el Cinco-0 disipando un poco la tormenta mental que se instaló en mi cabeza con una fuerza impresionante, y finalmente, el sol salió en medio de un sinfín de emociones en el que el amor predominó, y me abrazó tan fuerte con un calor que me quemaba y que no daba paso a aquel frío del dolor y la tristeza siguieran avanzando.Pero claro, la realidad apareció en cuanto abrí los ojos al día siguiente y tenía varias llamadas perdidas de Danny. Decidí mandarle un mensaje de texto avisándole que iría a su casa, y así lo hice. Todavía en el camino no terminaba de creer que algo tan genial como lo de la noche anterior fuera para mí, para alguien que había pasado por sucesos de los que fue víctima y victimario, que hizo cosas malas y que parecía que la vida nunca le devolvería un poco del brillo matutino que era felicidad.
Cuando estaba estacionándome, vi por el espejo retrovisor que Steve también lo hacía en su silverado azul, la bonita camioneta siempre lograba deslumbrarme.
Respiré hondo varias veces para calmarme. Mientras bajaba de mi Land Rover y me encaminaba a la puerta, no pude evitar seguir sonriendo como si nunca lo hubiera hecho antes.— Hola— dijimos Steve y yo al mismo tiempo. No habíamos entrado, solo estábamos en el porche, mirándonos, con un gesto de tranquilidad que también transmitía una adrenalina poderosísima—. Bien, ¿y tú?
Él sonrió con ternura y yo boqueé buscando alguna manera de disimular mi equivocación y los enormes nervios que estaba cargando, después, McGarrett rió y solo se dedicó a pasar su brazo derecho por detrás de mis hombros, así como poner su cabeza encima de la mía, pero en ningún momento dejó de carcajearse con algo de sigilo.
— ¿No piensan pasar?
Salí de mi ensoñación solo porque el detective de Jersey se presentó ante nosotros justo después de abrir la puerta.
Una vez dentro, no pude evitar fruncir el ceño por lo desordenada que se hallaba la casa, y era raro en Daniel, pues era cierto que si, en ocasiones tendía a ser algo sucio a diferencia de los demás en el equipo, pero no al grado de tener sillas del comedor en el suelo, un bonito jarrón verde con los restos esparcidos por el suelo y la puerta corrediza de vidrio también quebrada.— ¿Qué pasó aquí, estás bien?— pregunté preocupada, separándome del agarre de Steve y yendo directo hacia el rubio, a quien tomé por los antebrazos al tiempo que lo examinaba. Claro que quizá ese gesto fue raro para el más alto de los tres, lo noté cuando carraspeó y pasó a mi costado jalándome de forma discreta. Me permití componer una mueca graciosa.
— Alguien estuvo aquí, buscaban a Matt— anunció Danny con la cabeza gacha y la boca torcida. Conocía ese signo en su rostro, no era muy difícil saber que estaba ardiendo en furia.
— ¿Tú hermano?
— Si, eh, se metió en problemas y le robó dinero a la persona equivocada, ahora lo quieren de regreso y-y— suspiró—, no sé, es decir, llegaron aquí, a mí maldita casa, ¿que si estaba Grace?
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Revenge
FanfictionVengar a tu única hermana nunca había sido tan fácil y lleno de aventura. Con Steve McGarret como mi compañero y el equipo de la fuerza de Hawaii, nunca me iba a cansar de estar con ellos. Steve McGarret FANFICTION