Be real

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Luego de haber estado tanto tiempo encerrados y en constante vigilo, mis dos compañeros y yo por fin pudimos salir a estirar las piernas como se debía y recibir aire que no fuera de un cuadro de la ventana o del aire acondicionado.

Extrañaba el sol, demasiado.

— Adelante, Kono, estás en altavoz— informó Steve, causando que Danny yo detuviéramos nuestro andar para poner la atención suficiente al dato de la chica.

— Martin Lewis nos dio el nombre del cliente al que planeaban vender la joyería, y no les va a gustar nada— Del otro lado se oyó el movimiento de papeles, luego el sonido del celular de Danny lo hizo fruncir el ceño, pues su pantalla se había iluminado con un mensaje y una imagen—. Ese, Danny, es un mercenario serbio, era quien compraría la mercancía de Anna y de Martin.

— ¿Un mercenario se va a arriesgar por unos pocos miles de dólares?— murmuré confundida.

— Según lo que obtuvimos— comenzó esta vez Lou—, Radomir Ivanovich tuvo una crisis financiera, si es que se le puede llamar así, y en su desesperación para regresar a su país y seguir con sus negocios sangrientos, tuvo esta oportunidad fácil para conseguir dinero, se quería ir con la chica.

— La chica lo esta engañando con una mujer— murmuró Danny con una sonrisa irónica plantada en su rostro.

— Tenemos que separarnos— propuse—. Si Radomir sigue aquí es porque planea terminar el trabajo y bueno, no podemos dejar que pase, ¿o si?
<<Yo iré a la joyería para advertir a la insensible aquella, ustedes regresen con la engaña novios 3000, pero necesitaremos...>>

El sonido de disparos no muy lejos causó que mi par de compañeros y yo nos agacháramos para evitar que alguno nos diera de lleno.

— ¡Vayan a la joyería, se cancela separarnos!

Steve, Danny y yo divisamos a Radomir, quien ya estaba al interior del edificio y cerrado las puertas principales con unos tubos, además de cubrir la entrada con un auto, por ende, solo con nuestras armas nos dispusimos a entrar por las escaleras de emergencia, que por cierto, yo odiaba con el alma, puesto que, si bien no era muy pequeña, tampoco tenía la altura de Steve ni la agilidad de Danny, o no tanto.

— Esta en el maldito piso 8 y nos lleva una buena ventaja— decía, corriendo hacia arriba y saltando algunos escalones de metal que estaban bajo mis pies.

— Esperemos que...la ladrona tenga...algo para cubrirse.

Después de lo mencionado por Daniel, por fin entramos por un pasillo hacia lo que era el piso 5, aun así, a pesar de que el rubio iba por el elevador, Steve y yo continuamos por el interior de las escaleras.

— ¡Hey, detente!

Mi voz se apagó y dio paso a un grito de miedo y sorpresa cuando el arma del serbio se dirigió hacia mi con determinación, pues lo había detenido solo un poco para evitar que asesinare a la mujer que habíamos estado vigilando y que, por un poco de desconcentración, quizá ya no estaría con vida.

Steve quedó del otro lado del pasillo, ambos respirábamos de forma vacilante, pues Radomir no cargaba una simple Sig Sauer como la de Steve o la mía, traía una metralladora con la que dejó un rastro importante en las paredes.

— ¡Aún esta viva!— Corrí lo más rápido que pude para verificar el pulso de la mujer de cabello negro, quien se debatía entre la vida y la muerte, con sus manos apretando su abdomen y otro en su cuello— Soy la agente Kaye del Cinco-0, necesito una ambulancia en el edificio Estrella, ¡urgente!

— Copiado, agente, estaremos ahí en 5 minutos.

Pero apenas dejaron de responder los paramédicos a mi llamado de auxilio por radio, cuando la chica murió, luego de haber tosido y escupido sangre que, por desgracia, había manchado mi playera verde.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora