Turn the blind eye

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En Cinco-0, las cosas habían estado mejor que cuando tuvimos que dejar ir a Wo Fat, al contrario de mi casa en la que, si bien mi padre y yo ya nos hablábamos, con mi mamá era una historia complicada y difícil.

Ella aun no me dirigía la palabra, al menos no en las horas de almuerzo o la comida, cuando tenía tiempo, claro, y en la cena ni siquiera me molestaba en estar presente ya que la mayoría de las veces me la pasaba con Daniel o Mason y luego regresaba a casa.

Ya no me sentía tan sola, pero sí enojada. La tristeza se estaba convirtiendo en algo mayor, en un sentimiento que me estaba inundando poco a poco y que luego se transformaba en pura ira que descargaba corriendo o en mi nuevo trabajo, del que no me podía quejar para nada, en especial con los personajes que tenía como compañeros, que eran los que me daban ánimos diarios para seguir con la búsqueda del maniático asesino de Wo Fat.

- Hey, ¿tienes tiempo?- preguntó Mason en voz baja mientras entraba a la cocina.

Asentí, y al ver su ceño fruncido y escuchar su resoplido, cerré las puertas y me aseguré de que no hubiera alguien en casa.

- Te lo iba a decir hace una semana pero estabas algo decaída por lo de Wo Fat y no te quise preocupar más, pero, creo que tu madre esta metida en algo- declaró él. Por un segundo mi boca se secó y no supe qué decir con exactitud.

- Algo como...

- No tengo idea todavía, he estado siguiéndola pero siempre se mantiene en rutas y horas diferentes. La ultima vez salió a las 11 y regresó a la 1 de la madrugada, y normalmente no me asustaría si fuera tu padre pero con ella es caso aparte.

— Si, yo también tengo mis dudas, ahora que lo dices— Moví mi mano izquierda y rasqué mi nuca ya que justo un sonido llego a mi cabeza cuando Mason me estaba poniendo al corriente—, justo un día después de lo de Wo Fat, bueno estaba dormida y antes de que salieras a correr la escuché llegar. Creí que estaba oyendo cosas de más pero concuerda con lo tuyo.

— Charlie, tu papá debe saberlo...

— No, no y no, para nada— negué, girando la cabeza y luego yendo y viniendo apenas un par de metros de donde estaba—. No quiero que mi papa se preocupe por algo de lo que no estamos seguros y...

El sonido de mi celular me hizo pegar un pequeño brinco, vi el nombre de Chin en la pantalla y no me detuve para nada, puesto que las llamadas del asiático eran de trabajo, como al menos ya me estaba dando cuenta. Contesté y así fue, tenía que irme ya pero lo de mi mamá no me estaba dejando tranquila, sin embargo, contar con la ayuda de Mason si me relajó lo suficiente como para salir de casa.

***

Habían encontrado el cuerpo de un hombre que era primo de Kamekona, el dueño del puesto de comida marina al que mi equipo también frecuentaba; el nombre del fallecido era Thomas Hoapili y solo por lo mencionado por Max, el forense, las heridas habían sido terribles, como pertenecientes de una pelea.
Steve y Danny vieron algo en Kamekona y decidieron seguirlo, mientras que Chin, Kono y yo nos dirigíamos al cuartel para buscar algo de información sobre la hija de Thomas, cuyo nombre era Maggie. Debíamos interrogarla para saber lo que sucedía, en especial porque se demostró que el fallecido corría alguna clase de peligro, eso dicho por el mismo Kamekona, quien también confesó que le había dado un arma a su primo para que se cuidara de algo que no muchos sabían.

Lo que Maggie nos informó era que ella y su padre practicaban un tipo de arte marcial llamado Kapu Kuialua, lo cual nos dio una pequeña pista.

— Había cámaras de seguridad que captaron a Thomas siendo secuestrado, luego simplemente lo dejaron— reveló Kono, deslizando sus dedos en el monitor enorme que estaba en el centro del lugar.

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