Los padres de Danny estaba a punto de llegar a la isla. Iba a ser todo un enigma, y, con experiencias personales como la visita de Amanda Kaye y Doris, no pintaba para ser una circunstancia diferente, pero ya lo descubriríamos, no faltaba mucho tiempo.
Mi rubio amigo ni siquiera había tenido la cortesía de dejarme salir del asiento rasero de su Camaro, es más, hasta cerró la puerta y giró solo porque tuve que llamarle a su celular y advertir sobre mi presencia olvidada.
Una vez fuera y en medio de Steve y Danny, me limité a calmarlo y tratar de que sus nervios bajaran, claro que había sido todo en vano porque sus movimiento torpes en su corbata sin nudo solo nos causaban gracia al de ojos azules y a mí.— A ver, ya no te muevas, respira, Daniel—Puse mis manos en los hombros impacientes de mi compañero, que seguía estremeciéndose y volteando a todos lados—, déjame ayudarte con eso.
Me disponía a acomodar la corbata azul marino, oyendo el sonar de los collares de flores que habíamos comprado en el camino para los padres del detective. El día estaba horrible, como siempre y la gorra en mi cabeza no me dejaba agacharme con tranquilidad para que el accesorio formal de Danny terminará como yo deseaba.
— ¡Daniel, mírate, pareces un lindo camaroncito! Abraza a tu mamá.
Si mi mamá y la de Steve tenían presencia, la rubia delgada y de brillante sonrisa contagiosa ganaba la carrera por mucho. Su vestido azul rey con estampado floral era una explosión colorida, los lentes de Sol oscuros solo le brindaron una personalidad que todos, a las afueras del aeropuerto, percibíamos con facilidad, y a pesar de que ella generaba toda esa emoción a su alrededor, también parecía ser inconsciente, como si así fuera normalmente.
— Mamá, Steve McGarrett y Charlotte Kaye; ustedes, Clara Williams.
Aunque mi amigo siguiera nervioso, en el momento de la presentación si salió una sonrisa sincera.
Steve colocó uno de los collares alrededor de la mujer para luego estrecharla levemente a modo de abrazo y recibirla con un saludo hawaiano más allá del típico "aloha". Por mi parte, tomé la mano de Clara y la sacudí un poco, solo para después ser atraída también en un suave abrazo y un análisis en mis facciones, lento y con ambas manos apresadas por las de la contraria que achinó su mirada e intercambiaba sus orbes verdes entre la figura de su hijo y en mi.— Vaya, has escogido a una chica fuera de tus estándares, Daniel; linda eso sí, pero distinta—profirió Clara con suma tranquilidad y algo de desdén, pero no en modo de querer hacerme daño con lo primero dicho, como que más bien estaba sorprendida...y yo también.
— Mamá, ella no es mi novia, cálmate—El rubio avanzó hasta que estuvo en medio de ambas y separo el agarre que la mencionada hacía en mis manos, solo para hacerme unos pasos para atrás y disculparse en voz baja. Yo acepté aquello, empero, no estaba enojada, más bien estaba casi carcajeando por la confusión tonta e inesperada—. Y cambiando el tema, el incómodo tema, debo agregar, ¿dónde está papá? Con todas esas maletas quiero suponer que está dentro de una de ellas.
Y es que, debido a lo recién sucedido, no me había dado cuenta de la cantidad enorme de equipaje que traía consigo la señora Williams: desde que lo que cargaba en su mano hasta un pequeño carro prestado del aeropuerto.
— Tu padre no pudo hacer este viaje, está algo ocupado, ¿este es tu auto?—inquirió la rubia, a lo que su hijo le seguía haciendo preguntas de la razón por la que el hombre no había llegado o al menos avisado, todo con sus movimientos de manos y el ceño fruncido, oh, y sus pasos cortos e impacientes, además de sus labios torcidos, hasta parecía que en algún momento, el camaroncito Williams iba a ahogarse—. Estamos separados, hijo, me voy a divorciar de tu padre.
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Revenge
FanfictionVengar a tu única hermana nunca había sido tan fácil y lleno de aventura. Con Steve McGarret como mi compañero y el equipo de la fuerza de Hawaii, nunca me iba a cansar de estar con ellos. Steve McGarret FANFICTION