Looking for you

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La vida de Steve estaba en mis manos. No solo en las mías, claro, pero era lo único en lo que pensaba cuando los disparos salieron de mi arma y la de los militares que me rodeaban, incluyendo a Mason a mi costado.
El corazón se me salió del pecho junto con algunas lágrimas, me retiré el casco y el pasamontañas, no supe siquiera dónde dejé el rifle, solo me concentré en el cuerpo inerte que estaba en el suelo, con el rostro ensangrentado y con un pulso imperceptible.

***

Dos semanas antes

- Charlotte, oye. Despierta.

Abrí un ojo y vi el reloj que estaba encima del mueble de la televisión y, como ya había pasado dos veces antes, me enojé y me sorprendí a la vez, por darme cuenta que eran las 2:47 de la madrugada, con la voz adormilada de Mason y su brazo que me removía de un lado a otro.
Me había quedado dormida en el sofá de la sala cuando Mason Kent puso una película, Halloween para ser exactos, y ambos habíamos terminado soñando y roncando con el ruido bajo de fondo y con el volumen justo para arrullarnos, por eso, cuando sentí que me llamaba pasaron dos opciones por mi mente: o me quería ayudar para llegar a la cama y no tropezar en el intento o...

- Catherine-susurré, modorra y tallando mis ojos con el dorso de las manos. Estaba sorprendida, sin embargo, al verla con una chaqueta con estampado militar de color azul, supe que algo no estaba del todo bien, y claro, me alarmé-. ¿Qué pasa? ¿Estás bien, están bien? Jesús, no me asustes.

- No es nada, ven, Steve está afuera. Tenemos que decirte algo.

Asentí con la cabeza y dejé que el agarre de Mason me guiara hasta la salida, no sin antes ponerme mis pantuflas y encender el foco del exterior. El aire no estaba helado, pero si calaba un poco por el frescor del pasto que nos rodeaba, además, parecía que estaba nublado por el hecho de que, al levantar la vista, no pude distinguir estrellas como normalmente lo hacía.

- Se supone que está semana sería de descanso para mí, y aquí estoy por tercera vez, con frío y con sueño- reclamé a McGarrett con un tono juguetón. Sobra decir que hasta a la luz débil de la luna, él se veía más tierno que de costumbre, con sus ojillos azules entrecerrados y el cabello despeinado-. Uhm, por tu apariencia no fui la única a la que levantaron de improviso.

- Saldremos a Afganistán.

¿Qué rayos pasaba por esa cabeza suya? De verdad que siempre lograba impactarme, y no solo por la rara naturalidad con la que soltaba aquello sino por el destino al que nos dirigíamos esta vez. Y bueno, ya no era sólo un loco, creo que no era necesario mencionar que, aunque no me lo hubiera pedido, ya me iba a apuntar al viaje.

- Por favor dime que iremos de excursión, o de pic-nic...

- Hay una familia a la que tengo que ayudar-interfirió Catherine, cerrando la puerta detrás de sí con Mason pisándole los talones. No comprendí porque lo dejaba acercarse sabiendo que era un sospechoso mío y de su novio, aunque supuse rápidamente que era porque Steve no se lo había mencionado-, regresarles el favor que alguna vez hicieron por mi. Por eso nos iremos.

Y ahí fue que entendí que no me iban a incluir en su plan suicida, y para ser sincera, lo agradecí. No porque no quisiera estar junto a McGarrett, justo era la parte que me entristecía, sin embargo, y a pesar de nunca haber estado en tierra afgana, me asustaba tener que aceptar el pedido sin estar del todo convencida por ese miedo que me generaba estar por allá, además tenía cosas que arreglar con Mason, tiempo que pasar con mi familia y hasta conmigo misma.

Catherine Rollins había estado un tiempo en las filas de Estados Unidos que incursionaban en Afganistán y en un momento en el que su unidad fue emboscada, ella pudo huir para esconderse aunque estaba herida y esta familia fue la que la ayudo a sobrevivir y a sacarla de ese lugar.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora