Revenge

Yakuza business

Los disparos vinieron a Steve, Wo Fat y a mí en cuanto avistamos un claro.
Un helicóptero aterrizó y varios miembros de la Yakuza bajaron, había una vieja camioneta oxidada y fue ahí donde pudimos pensar bien lo que podríamos o no hacer.

—Vienen por él, lo más lógico es que se los demos— acoté. Apenas y tenía aire después de un sprint que hicimos para llegar a nuestro gran y viejo escudo de hojalata.

Steve asintió ante lo dicho y se apresuró a poner el cuerpo del asiático frente a él, sin embargo, apenas profirió una palabra cuando las balas nos volvieron a aprisionar sin saber qué pasaba.

—Ellos no están aquí por mi, están aquí para matarme— reveló Wo Fat, como si no fuera obvio.

—Oh genial, y ahora también nos van a asesinar a nosotros, que gran día— dije en su dirección. Me puse de nuevo junto al mayor de los tres para que quedara en medio y vi el cartucho del rifle que llevaba—. Tendremos que quitárnoslos de encima, llegar a ese helicóptero y buscar el helipuerto más cercano para llegar.

—¿Tienes suficientes balas?— preguntó Steve, él hizo lo mismo que yo y luego se asomó para planear bien lo que haríamos—. Vamos a rodear un poco la zona, irás por el lado derecho y vas a llegar al helicóptero.

—Esposado a Wo Fat no vas a llegar a ningún lado, Steve.

—Ella tiene razón, además necesito un arma si no quieres que muramos aquí— inquirió el asiático sin dejar de ver al comandante.

Steve y yo compartimos miradas y ambos asentimos a la tan maldita idea de tener que darle una pistola al hombre que nos había arruinado una gran parte de nuestras vidas. Mi compañero inicial se deshizo de las esposas y luego amenazó al moreno para que no hiciera algo tonto o qué atentara contra cualquiera de nuestras vidas.
Me levanté y le di la espalda al par masculino, me aseguré de tener bien agarrada mi arma y en cuanto divisé al equipo de la Yakuza no me detuve hasta que más o menos pude abrir un camino, pero mis balas se agotaron cuando intentaba cubrir a McGarret al pelear con un par de asiáticos y no ver a otro que se acercaba por detrás. Me deshice del rifle de asalto y enfundé uno de mis cuchillos, avanzaba cómo podía con Steve disparando a quienes se pararan frente a mí hasta que vi la puerta del helicóptero abierta. Un hombre vestido de negro se atravesó en mi campo visual al tiempo que una patada iba a parar a mi pecho, perdí el equilibrio y caí al suelo de espaldas y perdiendo un poco de aire. El contrario se posicionó sobre mí y propinó un buen golpe a mi mandíbula, al intentar asestar otro fue que enrollé mis pies en la estructura que mantenía al helicóptero en el suelo y me arrastré hacia abajo quedando con el cuerpo libre, esta vez fui yo la que se adelantó y caí sobre la espalda de mi agresor a quien encajé el cuchillo un par de veces a la altura del hombro. Cuando Steve se acercaba con Wo Fat detrás de él fue que de nuevo tuve que hacer una señal al ex SEAL para que girara antes y pudiera someter al mayor de nosotros tres.

—De todas formas no llené su cargador, le conté las balas— avisó Steve mientras se subía del lado del piloto. Me apresuré a poner de nuevo las esposas en las manos de nuestro antiguo recién capturado y luego me senté a un lado de McGarret.

—Decir "gracias" no hubiera estado tan mal de todas formas— respondí. Me puse los grandes auriculares de comunicación y emprendimos vuelo.

***

Steve volaba el helicóptero con parsimonia, me traía viejos recuerdos de mi misma en un simulador al que nunca le pude ganar por más que intentara.
Iba a preguntar su técnica de concentración para mantener el transporte en el aire, pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando, a lo lejos, pude divisar un grupo grande personas que rodeaban el puesto donde el helicóptero aterrizaría, y en definitiva no eran policías.