Lou y yo llegamos a los deparos militares. Era una pequeña cárcel con diversas celdas, estas eran un poco más amplias debido a que, normalmente, los que estaban ahí solo tenían sospechas o apenas se iba a comenzar su proceso judicial correspondiente.
Caminar por ese pasillo me revolvió el estómago, solo porque Lou hacia comentarios graciosamente despectivos hacia los indiciados me permitía salir de mi malestar por algunos segundos.
Pasamos la primera zona y luego, en la siguiente y al fondo, estaba ella, con la misma ropa del día anterior en el interrogatorio y su cabello pelirrojo en una coleta alta. Lo que me sorprendió y a la vez me llenó de rabia fue verla sentada en el suelo, con un libro entre sus manos y sus ojos pegados en lo que éste pudiera contener; calmada, serena, sin un ápice de molestia por estar encerrada injustamente -a ese punto, mis esperanzas cayeron abruptamente-, como si le gustara.— Mamá— llamé. La mujer me repasó lentamente y, acto seguido, se levantó con la misma tardanza, tomó el libro con solo una de sus manos mientras se acomodaba con los brazos al frente—, ¿qué le dijiste a Mason exactamente?
— ¿Yo? Bien, Charlotte, estoy bien, aunque la comida no...
— No juegues conmigo— apostillé en un susurro, al mismo tiempo, levanté la palma derecha como signo de advertencia—, no te hagas la graciosa y solo dime lo que quiero saber.
— ¿Puedo, aunque sea, pedir privacidad con mi hija?
— Por favor, señora, nada que usted diga hará cambiar lo que ya oímos de boca del juez, y no me iré a menos de que ella así lo pida— espetó Lou con firmeza y algo de ironía en su voz. Amanda me miró, no obstante, a pesar de que sus ojos gritaban porque yo sacara al hombre de ahí, no lo hice.
— Lo que le confesé a tu amigo no es mentira— comenzó mi madre. Sin sentirlo, inhalé profundamente y seguro que compuse la expresión del más puro odio, miedo y de conmoción que ella pudiera haber visto antes—. Cuando estuve en la CIA trabajé un tiempo como jefa de operaciones, a mí me tocó aprobar la misión para capturar al padre de Wo Fat.
<< Cuando robaron el microchip de mi reloj ahí se dieron cuenta de que yo no actué sola, han ido en la búsqueda de cada uno de los ocho que estuvimos en esa lista, claro que al final Wo Fat solo se empecinó conmigo que fui quien mandó, y a quien ejecutó: la madre del SEAL— Amanda pareció saborear la última frase, con drama y con una sonrisa ladina apenas visible—. Doris se equivocó y terminó asesinando a la madre de Wo Fat, me lo dijo y yo cubrí la mentira, nadie más aparte de nosotras sabía de eso, claro que, Jenna descubrió esa información sin que yo lo supiera, se lo dijo al hijo de Doris y tú te diste cuenta de forma eventual... >>— ¿Él y yo no somos hermanos?— pregunté con impaciencia, queriendo sacar esa interrogante lo más rápido de mi cabeza.
— Para nada, y como te iba diciendo; Wo Fat me tuvo vigilada desde entonces junto con Doris, yo a ella solo la conocía por su nombre, no sabía ni cómo era. Conocí a tu padre una vez que la CIA me ayudó a cubrir cualquier rastro de mi identidad anterior. Doris era Shelbourne, yo era...
— Mangosta— murmuré con decepción.
— Llegaron ustedes a mi vida y fui perdiendo contacto con la agencia, o creí porque tu papá nunca dejó de trabajar, tú y Jenna se enfilaron y pensé que podía continuar con misiones pequeñas de encubierto, cosas fáciles, pero claro, sucedió lo de Josh y Jennifer arruinó todo lo que tardé en dejar atrás— retrocedí un paso fruncí el ceño todavía más de lo que de por sí ya lo tenía. Mi mueca compungida y de asco salió a relucir con obviedad.
<< En cuanto Jennifer comenzó su búsqueda, Wo Fat se aprovechó de eso, averiguó todo lo que pudo sobre los cuatro y planeó meticulosamente lo que terminaría conmigo, la usó para tener el control sobre el SEAL y sobre ti, sobre todo de ti. Siempre mencionaba que eras la mejor, que eras la heredera de su legado de sangre y que terminarías matando a Steve, aunque claro, no contó con muchas cosas, entre ellas que Jenna regresaría a Corea ni su reacción al ver a Josh.
Yo he sabido cada paso que das, cada lugar al que iban tú y tu hermana era de mi conocimiento. Ustedes eran mi garantía: si yo actuaba para sacarlas de ahí y develar lo que Wo Fat hacía, él las mataría junto con tu padre y Mason, lo tiene muy bien custodiado, por cierto.>>
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Revenge
FanficVengar a tu única hermana nunca había sido tan fácil y lleno de aventura. Con Steve McGarret como mi compañero y el equipo de la fuerza de Hawaii, nunca me iba a cansar de estar con ellos. Steve McGarret FANFICTION