Glad you're fine

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Decir que yo estaba neurótica era poco.
Me la pasaba caminando de un lado a otro con el teléfono en la mano, junto con Chin que intervenía para recordarme las calles en las que estábamos situados, además, en un momento me puse el equipo de uno de los bomberos en la desesperación por saber si, tanto Danny como Steve, seguían con vida y entrar con ellos por un túnel diminuto.
Sentía que en cualquier instante podría pasar algo, bueno o malo, y toda esa ansiedad me carcomía los nervios con una rapidez tremenda; corría con Chin a mi costado con el jefe de bomberos, después regresaba con un arquitecto para ver los planos del lugar, volvía con Lou Grover y Catherine queriendo hallar señal telefónica y se repetía el círculo vicioso que yo misma había creado, porque no podía parar de hacerlo, o mejor, no quería detenerme. Lo único que me dejaría el cese de mis actividades sería que me hundiera en pensamientos horribles y en resultados que terminarían por hacer que me explote la cabeza por lo fatalista que se tornarían mis ideas.

Lo peor era que apenas iba una hora que se me había hecho de las más largas de mi vida.

- ¡¿Cómo que no puede abrir una maldita salida?!-exclamé al coordinador de protección civil en la zona, que era justamente quien organizaba la logística para poder encontrar a mis amigos y a quien fuera que también estuviera en aprietos- Escúcheme bien, no es cualquiera el que está ahí abajo, es el comandante del maldito Cinco-0 y el detective Williams...

- Hay mucho riesgo, el arquitecto mencionó que hay tomas de gas por todos lados...

- ¿No hay otra opción? Lo único que he visto es a su equipo moviendo piedra por piedra en un solo lugar...

- De hallar un lugar en especial-volvió a interrumpir el coordinador, de cabello canoso y ojos cansados, pero con el tono de voz más autoritario que el del propio gobernador Denning-, la estructura es débil. Si hay posibilidades de que estén vivos, si nos movemos, eliminaremos esas mismas posibilidades.

- ¡Pues tiene que hacer algo!

Chin llegó hacia mi posición, porque parecía que el coordinador y yo nos envolveríamos en una pelea por lo mismo de que no sabíamos qué hacer con exactitud, sin dejar de lado que mi estrés, el miedo y el enojo, que tanto me había esforzado por disfrazar con calma, ya se estaban desbordando.

- Lo siento, capitán Parrish-si disculpó el de ojos rasgados, tomándome con fuerza por los hombros y obligándome a caminar por el camino contrario del que antes estaba-. Sé cómo te sientes, todos estamos igual, Charlotte, pero tienes que mantenerte serena-Abrí la boca para objetar algo solo que él continuó-. Ten fe en ellos, son Steve y Danny, han salido de muchas de estas, confía. Y ten, bebe esto, has hablado y regañado a tantas personas que te estás quedando seca.

No dije nada, agradecí con un simple gesto en mi rostro y me apresuré a tomar toda el agua de la botella que me había dado Chin-Ho.

- ¡Es Steve!

Me levanté cual resorte y me dirigí, corriendo nuevamente, a donde Kono sostenía un par de celulares, el de ella y el de su primo, en alto. Apenas estar a dos metros, ya tenía la mano derecha estirada y la boca abierta y poder oír como mis compañeros hablaban, hizo que la calma me invadiera al igual que me dieron la capacidad de respirar con un poco de normalidad.

- Gracias a Dios están bien-suspiré, recibiendo la sonrisa de quienes me rodeaban y la mano tranquilizante de la chica delgada y ojos rasgados, me relajó todavía un poco más.

- Sinceramente no p-pensé que fueras creyente, o que tuvieras fe siquiera-reí por el comentario del detective, después limpié la lágrima feliz e inesperada que cayó de mi ojo izquierdo-, pero si, estamos bien, creo.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora