Chocolate time

595 54 4
                                    

Esa mañana en especial había sido algo agotadora, pues, desde temprano, Catherine y yo habíamos decidido salir a nadar un poco a la playa que no quedaba ni a cinco minutos de mi casa. Había mucha calma en el agua y estaba sorprendentemente tibia a comparación del frío que siempre albergaba el mar.
De regreso fue que ella me habló de la especie de discusión que había tenido con Steve, aunque más bien fue un malentendido, y es que Catherine sabía algo de esa operación de Mangosta de la que también mi madre me había hablado. Me sorprendí un poco, claro que si, pero entender que ella no tenía conocimiento de que mi mamá estaba involucrada, ni del asunto en específico, me bajó los humos que, seguro, se habían asimilado a los de McGarret cuando se enteró de la noticia.

— Bueno, puedes quedarte aquí hasta que desees. De todas formas mis papás decidieron mudarse, no está tan lejos de aquí y me vendría bien algo de compañía de otra mujer, claro, aparte de Mason.

— ¿Es gay?— preguntó Cat con asombro.

— No, pero he convivido con él tanto tiempo que ya es como otra de nosotras— Ambas reímos y estuvimos en la cocina.

Ella se convidó a preparar el desayuno como forma de agradecimiento y la dejé, pusimos algo de música en una radio que recién había comprado y hasta nos animamos a bailar con algo de country y tocino que se pasaba de las manos a la boca.
Nos duchamos, cada quien por separado, claro, y nos dispusimos a ir al Palacio, aunque por el rostro tenso de la otra en mi auto primero pasamos por un helado de chocolate para que se animara y tratará de dejar el asunto de Steve a un lado, sin embargo, si yo no podía estar tranquila al cien por ciento, estaba segura que ella tampoco.

— ¿Has sabido algo de McGarret?— pregunté.

Nos habíamos acomodado en una banca azulada en un parque de patinaje cercano a mi hogar, estábamos esperando a Mason para poder juntar lo que recientemente habíamos descubierto y mientras, descansábamos y hacíamos el calor húmedo un poco más llevadero.

— No, pero lo entiendo, está molesto.

La respuesta abatida de Catherine hizo que mi corazón se estrujara por dentro, así que procedí a pasar mi brazo derecho por detrás de su espalda y recargar mi cabeza en su hombro por un segundo, quería reconfortarla así como ella había hecho en el momento en que nos conocimos y que supo lo de Jenna y los problemas con mi madre.

— Me tienes a mí, Cat. Y bueno, pasemos a un tema, eh, no tan agradable pero con noticias nuevas— avisé a mi compañera, que sacudió su cabeza con suavidad y compuso una expresión de concentración—. Lo del robo a mi madre y a Doris si estaba conectado como pensé, de hecho creí que no me diría algo sobre eso pero sí, viene Mason a confirmarlo. Algo sobre ¿Mangosta? Salió de ahí.

— Demonios, por eso mismo fue que Steve y yo peleamos...— reveló Catherine con sorpresa al tiempo que levantaba sus cejas, yo hice lo mismo pero dubitativa de eso, pues nadie, a excepción de Mason, mi mamá, Doris al parecer, y yo, sabíamos de eso—. Verás, hace poco descubrí que Mangosta era algo relacionado a la madre de Steve, yo le pregunté y ella me explicó, o bueno, solo fue como un concepto de lo que era Mangosta, una misión del pasado, pero ella me dijo que era algo sin importancia y que no le mencionara a Steve algo sobre eso...ahora entiendo porqué. Créeme, Charlotte, no tenía idea de que tu madre también estaba involucrada en eso, no me dio nombres ni nada, fue algo a grosso modo, de lo contrario te habría avisado.

— Descuida, y gracias, ya no tendremos que confirmar que sea cierto lo de la misión. Y a cambio, creo que ya lo dije, pero lo robado era una microficha, dos microfichas. Están todos los registros de las misiones en las que trabajaron, juntas y separadas, por si te sirve.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora