Dirty cops

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Desperté por los incesantes toquidos a la puerta de mi casa, sobre la pijama me coloqué una bata, até mi cabello en una coleta desordenada y corrí a dónde provenía el sonido.

—¡Qué ya voy!— grité, antes de abrir y ver una grata sorpresa frente a mí.

—Buenos días a ti también, ¿podemos pasar?

Me hice a un lado ante el pedido de Steve, dejando también a Daniel Williams para que lo siguiera, se quedaron en el sofá mientras corría a cambiar mi atuendo y asearme. Apenas 10 minutos y ya estaba en la cocina sirviendo un plato de cereal, los dos pares de ojos de color me miraban como si fuera un bicho raro, pero ¿qué esperaban de un sábado a las 11 de la mañana?

—Y bien, ¿quieren un poco o...?

Steve rió sin mostrar los dientes y Danny solo viró los ojos al tiempo que tomaba asiento frente a mí en la mesa del comedor.

—No gracias, solo quería que supieras que Wo Fat escapó de prisión— declaró el comandante con voz grave y una mueca de visible descontento, hasta de preocupación diría yo.

La cuchara cayó lentamente en el plato, mi mirada recorrió al de ojos azules buscando alguna chispa de broma en lo que había dicho y con Danny fue lo mismo; quería que pronto pudiera reír y aclarar que lo anterior era solo un chiste, sin embargo, en cuanto un "lo siento" salió por la boca de McGarret, me cubrí el rostro con las manos al tiempo que un gruñido leve se producía desde lo más profundo de mi garganta.

—¿Y qué vamos a hacer?— pregunté despacio. Estaba enojada, demasiado, pero tampoco era como si alguno de ellos tuviera la culpa de lo que había pasado.

—Verás, ese es el problema— comenzó el rubio—, pasaron muchas cosas y debemos pensar bien si es que vamos a actuar.

—¿Si es que vamos a actuar? No me interesa si no tengo el apoyo total de la CIA, si tengo que moverme en secreto con tal de que Wo Fat esté en prisión, o muerto, lo voy a hacer. Lo que menos quiero es que vaya dejando cuerpos a su paso.

—Las dos semanas en que tú y Steve se fugaron a Japón para su viajecito confirma que les gusta actuar por sí mismos.

—Escucha, Charlotte— intervino el castaño, observando de reojo a su compañero que movía sus brazos restándole importancia a lo anterior—, sabemos que lo harás, porque lo haremos, no hubiera venido de no ser así pero ya dejó bajas, de forma indirecta pero sí. Aunque es un poco complicado de explicar.

—Bien, aún no termino mi desayuno, creo que puedo esperar a que me cuentes.

Steve y Danny relataron que un ex policía, Frank Delano, había amenazado a un integrante del Cinco-0, específicamente a Chin, quien justo llegaba con su prima Kono. Ella y la esposa de Chin habían estado siendo privadas de su libertad y debido a eso, Frank pidió que lo sacaran de la cartel o simplemente las asesinaría, sin embargo, gracias a Adam Noshimuri, Kono Kalakaua fue salvada pero Malia, la ahora fallecida, había muerdo por heridas gracias a una bala que recibió. ¿Dónde entraba Wo Fat? Que Frank Delano lo había ayudado a escapar, y que habían rastreado un auto que dio indicios de haberse paseado por mi casa.

—Si viniera por mí no sería tan tonto como para dejar huellas, ¿porqué no sólo se iría de aquí y ya? Mi muerte no valdría nada— inquirí sin verlos. Guardé los trastes en la alacena una vez limpios y secos y de nuevo me quedé parada frente al equipo del Cinco-0.

—Es lo que intentamos saber...

—Si este Frank Delano— interrumpí a Kono—, ayudó a escapar a Wo Fat, lo más probable es que quisiera algo a cambio. Es decir "te ayudo a salir pero tú harás algo por mí".

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora