CAPITULO LXIII

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¿Es necesario que hoy todos tengan que ser torturados o asesinados?

TARREN

Maldita sea la suerte que la trajo a ella a este sitio de mala muerte y maldita la idea de Aria. Lo primero que le digo y lo primero que hace cuando claramente le advertí que no se acercara a mi mujer. No me gusta que ni siquiera se queden hablando ellas solas, la hechicera siempre ha tenido esa mala maña de manipular a la gente a su antojo, siempre se sale con la suya y la decisión que tomó Sahory es una demostración de ello.

Siempre había deseado que llevase una vida tranquila sin que tenga que preocuparse por cosas como estas. Cuando me casé con ella solo deseé llenar su vida de paz, de amor, de atenciones, de lujos, joyas, vestidos únicos que la hiciesen brillar más que las mismas estrellas. Solo deseé mantenerla a salvo del mundo que está infestado de mucha maldad, es mi responsabilidad que ella esté bien y no en un lugar donde podría perder fácilmente la vida.

Sé que como comenzamos no fue de la mejor manera.

Y maldición, a veces me sigo odiando por eso.

Abusé de ella en dos malditas ocasiones, le hice daño, y aunque una vez le dije que acabó con mi paciencia y que pasó lo que pasó solo por tenerme miedo, no estuvo bien. Ese fue el peor error que cometí, aún si muchos hombres hacen lo mismo con sus esposas.

No quería ser uno más del montón. Y no hubiese soportado si ella me miraba con odio cuando lo hice de nuevo.

¿Qué hubiese hecho si terminaba por lastimarla más de lo que ya estaba? La herí cuando yo mismo le había prometido que no lo haría.

Nunca quise causarle una mala impresión. No he olvidado ese temor que la poseía cada que me miraba y al final por eso me empeñé en hacerle creer lo contrario a lo que pensaba de mí llenándola de amor y ternura. Y aunque nuestro matrimonio marchó bien después de eso, aún hay cosas que me agobian.

También me jode que no siga mis ordenes sabiendo que lo hago por su bien. Y no porque sea un egoísta y quiera privarla de su libertad sino porque podría terminar muy mal. Ella no está enterada que la magia puede ser tan mala como el mismo diablo, y no quiero que salga perjudicada por culpa de su terquedad.

Apuesto toda mi fortuna que el idiota de Hank no le ha dicho que la brujería no solo consume a la persona, sino que tarde o temprano pierde su propia identidad y que debido a eso podría incluso vivir por miles de años, porque sí, esa oscuridad que las consume pueden hacerla hasta inmortales y no hay peor tortura que esa sino se llega a acabar con ellas.

No importa que tan precavida se sea ni que tan buena es en cualquier tipo de magia, todo eso tiene un precio y siempre se lo cobran a la mujer que lo esté llevando a cabo.

No puedo decir lo mismo de las hechiceras porque hasta donde sé su mismo título solo les permite hacer magia de protección en las guerras y una que otra magia curativa, aparte que desde niñas aprenden a combatir en el campo de batalla. Es por eso que se les permite y son necesarias en este tipo de situaciones. Son años en los que aprenden a defenderse por sí solas y no se les juzga por andar rodeadas de miles de hombres por el mero hecho de que también se les consideran como soldados.

Por esa parte no se les cree una amenaza como a las brujas.

—Mi lord Norwich. —me llama Ansel —¿Dónde pongo esto?

—Déjalo ahí y dile a Makai que continúe. —ordeno.

Deja el barril donde le indiqué y me precipito hacia la sala de conferencia. Los demás líderes y yo volvemos a reunirnos para seguir puliendo las estrategias que se llevarán a cabo.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora