CAPITULO XXV

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Un mensaje de las islas Gulens

SAHORY

El agua tibia de la tina se siente tan relajante que fácilmente podría quedarme dormida aquí. La visita que hice al brujo no fue como esperaba, pero aun así pude conocerlo al fin. Y aunque no me agradó mucho me interesó esa cuestión sobre la magia. Quizás un día le pida que me enseñe.

Por otro lado, sigo esperando la respuesta de mi nana sobre la última carta que le envié hace más de una semana. <<¿Se habrá extraviado?>> No, no lo creo. Muy claro le dije al mayordomo que la llevase al pueblo para que el mensajero se la entregara a Mariane personalmente cuando llegase a Manisgh. Si es cierto lo que dijo sobre Lidxy y sobre mi madre puede que mi hermana se encuentre en una situación difícil.

Es que es extraño que ella se haya aparecido por ahí sabiendo lo que Elvira puede llegar hacerle. Y si mamá salió ese día de su aparición con los soldados es posible que haya ido a buscarla. ¿Y si en verdad la encontró y la tiene encerrada en una mazmorra?

Dios mío, las dudas me está carcomiendo hasta los huesos. Necesito saber qué pasó con ella y con Stephan.

Otro pensamiento me está rondando por la cabeza y esta vez se trata de Tarren. Tampoco dejo de pensar en él, aunque me distraiga con otras cosas. Los días pasan y nada que regresa. <<Lo extraño tanto>>

Incluso estando metida en esta bañera pensamientos íntimos pasan por mi memoria. Tengo ese recuerdo vivo de cuando nos bañamos juntos. Ese día sus manos acariciaban mi cuerpo de una manera apasionada y anhelante. Me entregué a él sin importar que estuviésemos en la tina, claro que al principio se me hacía algo imposible.

—¿Dentro del agua? —le pregunté pensando que sería raro.

—Sí. —respondió con una mirada lasciva —Solo siéntate en mi regazo. Quiero que me cabalgues aquí mismo.

Y así lo hice. Me senté a horcajadas sobre él y una vez que se introdujo en mí comencé a moverme. Me di cuenta que no me entraba agua como tontamente pensaba al principio y se sentía muy bien.

Su polla se sentía tan bien dentro que poco a poco me fui emocionando y la excitación creció cuando nuestros cuerpos se balancearon al compás del agua y con el sonido del chapoteo presente. Era mucho más complaciente hacerlo de esa manera.

No sé por qué rayos estoy pensando en eso ahora, pero lo disfruto. Ahora, lo que debería de hacer es terminar de organizar el palacio. Es lo prioritario e importante en este momento. Ya casi está terminado y puedo ver las altas expectativas en los rostros de los trabajadores.

Sin perder más el tiempo salgo del baño y me organizo para bajar a los salones.

—Como había mencionado... —Arnold me está brindando su ayuda con todo e informando las novedades que hay. A penas son las ocho de la mañana y es mejor adelantar trabajo. —El salón de banquetes tiene la ventana más grande de los salones para invitados, por eso se cambió de vidrio a cristal para el ventanal. El cuartel de los caballeros, la biblioteca, el comedor, todo tiene cristal Batic. En otros cuartos y corredores se instaló otro tipo de vidrio menos costoso, pero igual de resistentes y hermosos. ¿Y ahora qué hacemos con los candelabros? ¿Dónde queréis que los instalemos? —me pregunta señalando la pila de cajas que hay en el suelo.

—Primero que todo, abre las cajas para que reviséis que sí sean esos productos y que no estén imperfectos. —le digo —Deben afincarse en las paredes de los pasillos, ya que las que están ahí se encuentran deterioradas y también ponerlas en el salón de banquetes. Las necesitamos también en los comedores, en la bodega, en la cocina y en la sala principal.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora