CAPITULO XXXIII

26 4 0
                                    

El luto en sus corazones

La colina está abarrotada de las personas que sobrevivieron y de guerreros. Tarren envió un carruaje al palacio por mí para que me trajera. Me puse un vestido no muy sencillo y cubrí mis manos con unos guantes, y un velo adorna mi cabeza cubriendo parte de mi rostro. Todo mi atuendo es negro. De hecho, todos los sobrevivientes están de negro simbolizando el luto de sus corazones. El cielo está oscuro y el aire muy frío, como si el mismo firmamento supiese la catástrofe que ocurrió y reluce el dolor y el llanto de las personas por la pérdida de sus seres queridos.

El pueblo desde aquí se ve arruinado. Gran parte está hecha añicos.

A Logan lo posicionaron retirado de los demás cadáveres debido a que fue el único caballero que murió. Todos los soldados tienen puestas sus armaduras formados limpiamente en filas y Tarren está al frente mientras el sacerdote realiza la misa.

La expresión entristecida de Hank viendo el cuerpo de Logan me aprieta el corazón. Tiene la capucha de su túnica sobre la cabeza y se mantiene inmóvil en su sitio mientras sostiene una rosa negra. Según lo que Tarren me contó ellos eran muy cercanos cuando los conoció. Se puede decir que eran casi hermanos y los dos se unieron a él brindándole lealtad y obediencia, aún sin ser todavía un gobernante.

Ahora comprendo la reacción que tuvo cuando el líder invasor lo desvivió. Fue una agonía que hasta yo misma sentí. En el fondo creo que se debe estar mortificando por eso, debe sentir culpa por no haberlo ayudado cuando claramente Logan nos estaba suplicando que lo auxiliáramos. Yo también me siento culpable por ello.

El clérigo termina de dar la misa y cada quien se despide de sus fallecidos. Los lamentos se hacen más fuertes cuando se llega la hora de despedirlos. Y los guerreros a Logan. Hank es el último que pasa a verlo de cerca y se queda quieto mientras lo observa. Todos lo miramos con cierta melancolía, incluso Makai lo hace a pesar de que según lo que me ha dicho Makenna ellos dos no se llevan bien, pero ahí está, el rostro del guerrero se ve apesadumbrado mientras observa al brujo.

Hank lucha por no derramar una sola lágrima mientras se sume en sus recuerdos. Lo sé por la manera en que sus rasgos se contraen por la tristeza. Por último, pone la rosa entre las manos de Logan y con un suspiro entristecido se da vuelta encaminándose a donde estaba.

Con una última oración por parte del sacerdote un hombre toma una antorcha y les prende fuego a los cuerpos.

Algo en mi interior se enciende ante un pensamiento decisivo. <<Haré lo que esté a mi alcance y me esforzaré más en aprender magia para proteger a estas personas>>

La vida me dio otra oportunidad y no la voy a desaprovechar por nada del mundo.


***

Ha pasado una semana desde entonces, y yo me estaba recuperando de a poco. La debilidad que sentía en mi cuerpo se está aplacando gracias a los cuidados de Tarren. Por otro lado, los soldados están ayudando con la reconstrucción del pueblo. He visto desde una de las torres que han descargado madera y todo tipo de material y herramientas para hacer nuevas casas, nuevos puestos de mercado, nuevo comercio, incluso una fuente en el centro de la aldea.

Hank ha estado trabajando el doble creando un nuevo hechizo. Tarren le exigió lanzar una protección doblemente inquebrantable. El pobre no ha podido descansar lo suficiente debido al esfuerzo que está haciendo.

—Señora. —Makenna hace acto de presencia en la habitación.

—¿Pasa algo? —le pregunto mientras paso el cepillo por mi cabello mojado frente al espejo.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora