Narra TN: Desde que Israel y yo decidimos volver a intentarlo, la atención sobre nosotros había crecido más de lo que esperaba. Primero fueron las bromas de nuestros amigos, después los comentarios en redes sociales tras la foto en la playa, pero lo que realmente me tomó por sorpresa fue la cantidad de periodistas que parecían interesados en nosotros.
El fútbol siempre había sido su mundo, y yo había intentado mantenerme al margen de esa parte de su vida. Pero ahora, cada vez que salíamos juntos, sentía que había ojos sobre nosotros, esperando cualquier gesto, cualquier detalle que confirmara lo que ya se rumoraba: que habíamos vuelto y que esta vez era en serio.
El punto de quiebre llegó el viernes por la tarde. Israel tenía un evento con el club, una rueda de prensa antes del clásico, y aunque yo no tenía nada que ver con eso, terminé en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Fui al club para verlo después de la conferencia, sin saber que los periodistas aún estaban afuera esperando declaraciones de los jugadores. En cuanto crucé la calle, algunas cámaras se giraron hacia mí.
Xx: ¡Ahí está!
No le di importancia y seguí caminando, pero en cuanto pisé la entrada del club, varias preguntas comenzaron a llover sobre mí:
P1: ¿Puedes confirmar que estás en una relación con Israel?
P2:¿Cómo manejas la presión de salir con un jugador tan mediático?
P3: ¿Te incomodan los comentarios de los aficionados?Me quedé paralizada. No esperaba esto.
Intenté seguir adelante sin responder, pero entonces alguien mencionó algo que me hizo detenerme:
P2: ¿Es cierto que Santiago Trigos está a punto de salir de prisión?
El aire se me atascó en la garganta.
Miré a la persona que lo había dicho. Era un periodista con un micrófono en la mano y la mirada llena de curiosidad.
TN:No tengo nada que decir sobre eso.
Entré al club sintiendo que el corazón me latía en los oídos.
Israel me estaba esperando en uno de los pasillos, ajeno a todo lo que acababa de pasar afuera. En cuanto me vio, notó que algo no estaba bien.
Israel: ¿Qué pasó?
Negué con la cabeza.
TN: No quiero hablar de eso aquí.
Él no insistió. Solo me tomó de la mano y me llevó a otro lugar más privado.
Israel: ¿Estás bien?
No lo sabía.
TN: Creo que los periodistas se están metiendo demasiado en todo esto. Y mencionaron algo que me preocupa.
Israel me miró con atención.
Israel: ¿Qué cosa?
Tomé aire antes de responder.
TN: Dijeron que Santiago podría salir de prisión pronto.
El ambiente se tensó en un segundo. Israel se quedó en silencio, procesando la información. Sabía lo que significaba para mí. Sabía lo que habíamos pasado.
Israel: No lo voy a permitir
No supe si se refería a que no permitiría que Santiago se acercara a mí o a que no dejaría que esta noticia nos afectara. Pero lo conocía lo suficiente para saber que, fuera cual fuera su intención, hablaba en serio.
Y en ese momento, entendí algo.
Durante mucho tiempo, había sentido que esta historia era mía, que los problemas con Santiago, el miedo, la presión de estar con Israel bajo los reflectores, todo era algo que debía manejar sola. Pero ya no era así.
Ahora éramos un equipo.
Y sin importar lo que viniera después, lo enfrentaríamos juntos.
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