Capitulo 27:

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Mangel 

Me agacho hasta quedar hasta su altura, sus ojos negros me observan, acaricio su mejilla — algo mojada por las lágrimas— y beso esta. Se aferra a mi cuerpo, y comienza a sollozar.

— No te vayas, por favor- murmura en mi cuello, rodeo su pequeña cintura. 

— Tengo que..-tomo un respiro- Eres la mejor hermana del mundo ¿lo sabías?- ella niega- Lo eres y por eso nunca te olvidaré- se separa de a poco a poco.

— Yo tampoco Mangel- sonrío.

Me enderezo, y sujeto las valijas con fuerza; mi padre está en la puerta esperándome. 

— Adiós Shantal- murmuro, el nudo en la garganta crece cada vez más.

— Adiós.. Hermano-. 

Con cada paso que doy miro hacia mi alrededor, observo la cocina, los pasillos, los muebles, los cuadros colgados en la pared, el gran televisor, y varias cosas más; nunca olvidaré esta casa, nunca la olvidaré. 

Doy un suspiro, y mi padre abre los brazos de par en par. 

— Hijo- enrollo mis brazos en su cuello, y me quedo allí. 

No sé si pasan segundos o minutos, sólo no quiero que este abrazo termine; me va soltando de a poco a poco. 

— Te voy a extrañar- revuelve mi cabello.

— Yo también- suspira- No quiero que esto sea más difícil ¿vale?- asiento.

Vuelvo a tomar las maletas, y salgo de casa; giro sobre mis zapatillas y observo el jardín, el balcón, las macetas, las flores que mi madre tanto cuidaba, y todos aquellos recuerdos que pasé en mi casa vienen a mi mente como pequeños destellos. 

— ¡Cuídala y cuídate!- exclamo.

Mi hermana se asoma por la puerta, sus ojos rojos y una sonrisa tronchada es lo primero que veo, alza su mano y mira a mi padre.

— ¡Lo haré!- dice Jerry. 

Me giro, y dándole la espalda a mi mejor recuerdo, me encamino hacia el taxi que nos espera, mi Madre se encuentra dentro. 

—¿Quiere que lo ayude?- niego y el chófer abre la compuerta de atrás. 

Voy metiendo mi maletas de una en una, al estar todo listo, cierro la compuerta y me encamino hacia la puerta de copiloto. 

Al abrirla, levanto la vista y ahí estaba Él, caminando hacia mi casa, con la cabeza gacha. Me quedo estático, la respiración se me corta y estoy a punto de gritar su nombre, si no es por el llamado de mi madre.

— ¿Hijo?- y sin pensarlo dos veces, me adentro al coche.

— Arranque- el conductor asiente. 

Miro por la ventana, Shantal vuelve a alzar su mano y mi padre le imita. Todo pasa tan lento, la manera en la que levanta su cabeza, y me mira pero, era muy tarde. 

El carro se mueve a una velocidad inexplicable, y la silueta de su cuerpo se va distorsionando por la   agilidad del auto. 

Reposo mi cabeza en la ventanilla, y siento como las lágrimas se deslizan por mis pómulos. ¿Qué hacía aquí? ¿Acaso no le dije que mis "Tías" vendrían? 

Y todo se mueve tan gradual, puede ver de lejos los aviones y la entrada al aeropuerto. Me preparo para entrar y no hacer el ridículo con mi llantos; el carro se estaciona en el aparcado, mi madre paga lo necesario y bajamos. 

Recorro el largo pasillo con el ticket en la mano, las valijas se encuentran en la banda de equipaje; mi Madre se encuentra comprando unos cafés y Yo por mi parte, recorriendo el aeropuerto. 

Un Novio Agresivo - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora