Capitulo 74: Final.

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Miguel juega con sus dedos al sentir al auto en movimiento, por el otro lado está Ruben observando por las ventanas a la ciudad de noche y mostrando una sonrisa, se sentía querido y libre, muy libre. El pelinegro trató de pensar en todo, de tener la mente en la nubes y observar la ciudad—como Rubius—pero está tan nervioso que puede sentir su labio inferior temblar y como sus pies golpean el suelo con rebeldía, él quería bajarse del carro y correr de vuelta al departamento pero no lo haría, por el simple hecho que tenía aquella idea en su mente desde que su madre lo llevó a Inglaterra alejándolo de la única persona que podía amar.

El chófer pudo sentir la tensión y decidió prender la radio, y una melodía lenta y relajante comenzó a sonar haciendo que Miguel deje de morder su labio y respire un poco de aire. Ruben al escuchar la música dejó de observar el cielo estrellado y miró hacia su lado derecho, donde ahora su 'novio'—aunque no se podría decir así, ya que ninguno de los dos había hecho un avance, hasta ahora—observaba las afueras sintiéndose un poco calmado, y observando la luna.

—¿Quieren que cambie de música o así está bien?-el chófer los observa por el retrovisor, ambos se miran y niegan con la cabeza.

—Así está bien-habla Ruben, y siente la mirada de Mangel.

—Perfectamente bien-murmura el ojinegro, y devuelven su vista hacia las afueras.

Ninguno podía creer lo que estaba pasando, ninguno podía creer que estaban en un porche rojo como hace un par de años, donde su última cita se dió antes de que ambos salieran de España y sus caminos se separaran, pero el destino es así de imprevisto, es como un golpe en el rostro, totalmente inesperado.

Ruben tenía una corazonada, sentía su respiración acelerarse y el sudor escurrirse por sus manos. Se sentía diminuto junto a Miguel, pero al mismo tiempo se sentí querido y protegido, sus ojos no se despegaban de las calles pero su mente estaba en otro lado, atrás en el tiempo recordando su vida en su país natal, recordando los problemas que tenía con la policía, recordando a sus amigos—que muy en el fondo los extrañaba—que no los había visto desde mucho, recordando su infancia, sus bromas, sus llantos, sus tristezas, sus ataques de ira, la violencia de su progenitor, los golpes que otorgaba a otros, los líos en la escuela, las peleas en el barrio, la felicidad que sintió al dar su primer beso, cuando mató a Lili, cuando se arrepintió, cuando tomó la iniciativa y le pidió a Miguel para salir, su primera cita, su primer beso con un hombre, su primera vez en un hotel de la ciudad, Frank, la vez que engañó a Miguel con este, los celos, el golpe que le dio al ojinegro, las drogas, el alcohol, el cigarro, las lágrimas...y sobre todo, y muy en el fondo, extrañaba a su padre después de todo, extrañaba sus chistes malos, sus abrazos y todos sus concejos. Aunque aquel día de su muerte actuó como si nada hubiera pasado, en el fondo se sentía destrozado y triste, pero el Ruben de antes sabía ocultar sus sentimientos y eso era un gran punto a favor para él.

Su móvil vibra en uno de sus bolsillos, al principio da un salto asustado ya que se encontraba muy concentrado pensando, pero luego lo saca y lee el mensaje de uno de sus amigos.

'Maaaaaangel'

Rueda los ojos al ver que es uno de Michael, decide ignorarlo pero recuerda que es muy persistente y es mejor contestarle ahora que después.

'Michael'

'Qué cortante' 'Oh espera, ¿arruiné el momento?' 'Ya sabes, sólo quería preguntarte como estaba yendo todo, pero creo que están follando y prefiero no interponerme en eso'

'¡Michael' 'No estamos haciendo eso, el tráfico es atroz y ambos estamos todavía en el auto, idiota'

Contesta con las mejillas sonrojadas de vergüenza, y lo única que puede hacer es contar hasta diez en su mente.

Un Novio Agresivo - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora