Ruben
La luz de los pocos rayos cae en mi rostro, me remuevo incómodo y me abrazo a mí mismo tratando de volver a reconciliar el sueño, pero aquellos rayos siguen molestándome y decido abrir mis ojos por completo.
Miro a mí alrededor-aunque mis ojos se estaba adecuando a la luz, podía divisar cada cosa en mi pieza- y observo mi cama, estaba desecha y junto a mí una carta blanca, algo arrugada, yacía en mi pecho junto a algunos pañuelos.
Y recordé la noche anterior, donde las lágrimas caían como gotas de lluvia en otoño y mis ojos ardían como alcohol en una herida; tomo el sobre y guardo la hoja, suelto un suspiro mirando al techo y me levanto. Me coloco mis pantuflas azules con rayas negras, y camino con pereza hacia el baño donde una ducha con agua tibia me esperaba.
Al salir envuelto en una toalla, tomo mis prendas necesarias y me cambio con lentitud. La tristeza había ocupado gran parte de mi cuerpo, y por esa razón todo lo veía aburrido, más de lo habitual. Salgo de mi cuarto y bajo las escaleras, la luz de las ventanas me dan en los ojos y cierro estos por auto-reflejo.
Deslizo mis pies por el suelo encerado que me conduce a la cocina, abro la nevera y saco un par de huevos, cierro esta y tomo la sartén donde coloco el alimento. Abro las compuertas y saco la sal, pan y la caja de jugo de naranja.
Termino de freír los huevos y los sirvo en un plato. Me siento en la silla verde de la cocina, y coloco mi desayuno en la mesa de mármol, llevo una cucharada de mi comida y pienso en lo de ayer.
No debí haber leído la carta, no debí haber pensado en un quizás, no debí haber pensado en Miguel toda la noche.
Mientras termino de comer, el teléfono de la casa suena y camino hacia la sala donde este se encuentra.
-Hola- musito tras la línea, y con vaso en mano doy un sorbo a mi jugo de naranja.
- ¿Ruben?- me preguntan.
-Sí, ¿con quién hablo?- pregunto al no reconocer aquella voz.
-Soy Michael, novio de Miguel...-ruedo los ojos al escuchar aquel nombre.
- ¿Michael el de cabello verde? ¿El gruñón?- pregunto con sarcasmo, bufa tras la línea.
-Sí y ahora es rojo,-dice y agrega- ¿Podemos vernos?- pregunta con un tono sutil.
- ¿Nosotros? ¿Vernos?- pregunto sorprendido.
La última vez que hablamos casi terminamos peleando.
-Si ¿puedes?-.
-Vale ¿a qué hora?-.
-A las dos en punto, te veré en el parque donde te viste con Miguel ayer- frunzo el ceño.
- ¿Cómo sabes qué...-la línea se corta.
Lo que faltaba, tendría una conversación con Michael, el tío de cabello rojo. Cuelgo el teléfono y camino hacia la cocina, dejo en el lavaplatos mi plato y los vasos.
Me fijo en la hora, son las once y quince, así que decido caminar hacia el gran sillón y ver un poco de televisión, ya que, últimamente me la pasaba desconectado del mundo. Le doy a cualquier canal y gritos se escuchan en las noticias.
-Buenos días a todo nuestros televidentes. Soy Anna Black, y el día de hoy tenemos un reportaje sobre la banda del momento... ¡Black Summer! Estos chicos han cambiado vidas de muchas personas, han compuesto grandes canciones, y hoy tiene un gran concierto en la noche; con ustedes...-de fondo suena una canción pegadiza que hace que mi pie tome el ritmo- ¡Miguel, Joa, Michael y Jeremy!- grita con euforia.
Y veo como toma asiento en un sillón de color naranja, cruza sus brazos sobre su pecho y observa a la cámara; mi corazón da un giro al sentir sus ojos, y en sí pienso que me está mirando a mí. Deshago la idea al escuchar sus risas, ya que, el de cabello rojo hizo una mueca con su rostro; la conductora comienza con las preguntas y con cada una de estas voy tomando más atención.
-Esta es una pregunta de Margaret, ella quiera saber quién de la banda es el más desordenado- todos giran sus cabezas hacia Miguel.
Y río, él siempre fue una persona anárquico, desde que nos convertimos en...novios.
-Creo que eso lo dice todo, ¿verdad?- ríe al decir eso.
Río al ver su sonrisa.
- ¿Qué hay del nuevo disco, chicos? ¿Alguna nueva canción?- la conductora se cruza de piernas.
-Sí, hemos compuesto unas tres y nos falta más- dice el del copete rubio.
- ¿En que se inspiraron?- pregunta con entusiasmo.
-Bueno, en realidad, las tres canciones las escribió Miguel- dice Michael.
- ¿Se puede saber en qué o quién te inspiraste?- vuelve a preguntar.
Y presto más atención.
-En un viajo amor...-farfulla con la mirada gacha- Fue uno de los mejores- una dibuja se forma en su pálido rostro.
-Veo que alguien sí estuvo enamorado- la audiencia grita- ¿Podemos saber su nombre?-.
Muerdo mi labio con nerviosismo, y algo dentro de mi esperaba a que mi nombre saliera de su boca.
-R-R-Ruby- modula nervioso.
Y todas las esperanzas se desmoronaron.
Está claro que él ya no siente nada por mí.
O eso creía.