Capitulo 28:

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Ruben 

Cierro la puerta, tomo la billetera— en sí, es como un pequeño monedero "varonil" que mi hermana me regaló antes de que se fuera de casa—  por si Miguel se le antojaba algo. Sí, ya sé que sus Tías iban a ir a visitarlo pero, hay algo que no me cabe y lo averiguaré con mis propios ojos. 

Busco con la mirada mi chaqueta de cuero y al encontrarla, tras unos cuadernos, la tomo y me la coloco. Bajo las escaleras y saludo a mi madre.

— ¿No se supone que deberías estar en el Bachiller?- pellizca una de mis mejillas.

— Se supone- contesto y me dirijo a la puerta.

— Te quiero ver antes de las ocho ¿entendido?- bufo y salgo de casa.

En el camino me pongo a pensar en todas las cosas que mi Novio me ha dicho, en estos últimos días, los sollozos que ha emitido y las lágrimas que ha dejado escapar. Cada palabra, cada frase carcome mi cerebro en cada paso que doy; el viento que choca en mi rostro, en el puede sentir un par de palabras: "Te Amo mucho Ruben, no lo olvides.. Por favor" 

Y es que, puedo sentir como sus brazos me rodean y como su tibio aliento choca en mi cuello, escucho su risa, y la manera en la que me hace cosquillas. 

Y no lo entiendo, no entiendo porque recuerdo todas estas pequeñas cosas. Es una clase de.. "dejavú" no sé como explicarlo. 

Doblo la esquina y la Sra. Martínez me observa con cautela.

— Hijo- la miro- ¿Está todo bien con Mangelcito?- asiento.

— Sí señora, las cosas están progresando- ella sonríe.

— Ayer lo vi triste, vi como te abrazabas.. Podía percibir que ese gesto era de despedida- frunzo el ceño.

— ¿D-Despedida?-.

— Sí. ¿Acaso no has escuchado de la separación de sus padres?- asiento- Rumores de la cuadra, dicen que los papeles ya están listo, y que en cualquier momento se puede marchar- inquiera con tristeza en su voz.

— B-Bien- me enderezo- Gracias Sra. Martínez- asiente y sigue regando un par de flores.  

Bajo la mirada. Mi madre me ha enseñado en no creer en los rumores pero, me cuesta tanto ya que, la separación de sus padres y.. Aunque, Mia me ha comentado que la separación duraría algo así como dos años, no puedo quitar esa duda de mi cabeza.

Y suelto un suspiro. 

Levanto mi vista, y ahí está. 

Sus ojos negros se llenan de lágrimas.

Abro la boca para decir algo. 

Pero, es muy tarde.

Él ya se había ido. 

Pedaleo lo más rápido que puedo. Después de verlo subir a aquel taxi, tomo la bicicleta de Shantal— estaba tirada en su jardín— y con los gritos de Jerry, la castaña y la Sra. Martínez, la tomo y la manejo a velocidad. 

Me escurro entre los carros, las personas, algunos perros y niños; pierdo de vista el taxi, freno con fuerza y mi cuerpo se va hacia delante. Reposo mis manos en el volante, y me pongo a pensar a dónde irían. 

Y le hago caso a mi instinto, le hago caso a las palabras de la Sra. Martínez y manejo hasta el aeropuerto. Y ruego estar equivocado, ruego porque no me deje. 

Mis manos queman al tomar el manubrio, el viento despeina mis cabellos y arruga mi camisa verde a cuadros azules; el semáforo está en rojo pero, la fuerza de voluntad es más grande y por poco, un camión me atropella.

— ¡Cuidado!-. 

— ¡La luz está en rojo!-.

— ¡Mira por dónde vas!-.

— ¡Javier, hijo sal de ahí!-. 

— ¡Idiota, fíjate por donde manejas!-. 

Freno frente a la puerta principal, salgo del incómodo asiento— ya que, la bicicleta es una combinación de morado con rosado— y estiro mis , adormecidas, piernas. Corro hacia la entrada, y un guardia para mi paso.

— ¿A qué viene?-. 

Y me miro de pies a cabeza. Estaba hecho un desastre, cualquiera me confundiría con un narcotraficante de drogas.. Y lo admito, soy parte de la mafia. 

— A buscar a un amigo- modulo rápido.

— ¿Nombre?-.

— R-Ruben Doblas- busco entre mis bolsillos mi identificación. 

Y aprieto esta al tenerla en la mano. 

— Bien, pase- informa. 

Doy un paso hacia adelante, y comienzo a correr de extremo a extremo; busco su peculiar cabellera negra o sus zapatos típicos azules pero, hay tanto gente que se me es imposible. 

Y opto por empinarme, giro la cabeza hacia varias direcciones. Una mujer con un niño colgado en su mano, me sonríe al verme. Ignoro su gesto y sigo en mi búsqueda. 

—Pasajeros del vuelo a Inglaterra número 204, ingresen a sus cabinas- ignoro el llamado. 

Y recuerdo una de las palabras de Miguel: "Mi madre es tan clásica, que si ocurriera algo en la familia, no dudaría en llevarme a Inglaterra" 

Y busco con desesperación la cabina 204.

Un Chaval, calculo un años o dos menor que Yo, camina delante mía con una gran paciencia; tiene unos lentes muy desagradables y un gorro punk, que en sí es horrible. Miro sus zapatos y son azules, y vuelvo a levantar la mirada y lo veo, está de espaldas con el móvil en la mano.

— ¡Mangel!- exclamo con todas la fuerzas que mi garganta, seca, me permite.

— ¡Quítate!- digo al pasar junto a ese extraño Chaval, lo empujo hacia un lado. 

Enrollo mis brazos en su cuello, y dejo un beso en su mejilla. Gira a verme, y sus ojos azules me atrapan.

— ¿Q-Qué mierda..?- modula al estar dos centímetros lejos de mis brazos- ¿Quién eres? ¿Por qué me abrazas y..-calla.

Se agacha y me observa.

— Ruben Doblas- miro el objeto que ha tomado, es mi identificación que se ha de haber caído al tenerlo entre mis brazos.  

— L-Lo lamento- digo apenado. 

— ¿Por qué me..abrazaste?- pregunta y me extiende la tarjeta.

— Te confundí con mi novio- y a estas alturas, no me importaba admitir que era Gay.

— Oh...vale- se rasca la cabeza- Bien Ruben, me tengo que ir- informa, asiente- Y.. Y-Yo vi al Chaval ese que estás b-buscan..-calla- Sabes, adiós-.

Y confundido, tomo asiento en un par de muebles. 

Restriego mis ojos al sentir las lágrimas caer por mis mejillas. 

No sé cuánto paso allí, no sé si pasan segundos, minutos o horas.

Mi móvil vibra, no dudo en tomarlo.

" Era lo mejor para ambos.. Adiós, Ruben. " 

Aprieto el artefacto y no dudo en lanzarlo al suelo. 

Escondo mi rostro entre mis manos y no dudo en sollozar.

— ¿Q-Quieres por favor, retirarte? Es que, ya vamos a cerrar- me informa una de las azafatas, y miro mi entorno. 

Las luces casi apagadas, ninguna persona circulando por los alrededores, sólo Ella y Yo.

— ¿A-Acaso los aeropuertos cierran?-.

— Es fin de semana, también debemos descansar-me observa- ¿Estás bien?-. 

Y Yo también me lo pregunto. 

¿Acaso me encontraba bien, después de ser "abandonado" por mi único y primer Amor? 

No, no lo estaba. 



Un Novio Agresivo - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora