Mangel
Miro la ventana, el sol chocó en mi rostro; miré la hora: 12:30. Pegué un salto, y me levanté de la cama; miré hacia todos los lados, buscando mi camisa y los jeans que elegí ayer para usar.
—¿Buscas esto?- giro a verlo.
Abro la boca al verlo; vestía una de sus mejores camisas: una ancha de cuadros rojos con negros, jeans ajustados a sus delgas piernas y una gorra hacia atrás.
—S-Sí-respondo, y me acerco; sus manos toman mi cintura y me besa.
Y me dejo llevar, sería nuestro último día..Sería el último.
—¿Puedes esperar abajo?- preguntó tímido- Ya sabes, quiero bañarme y después cambiar..-
—Sí, claro- responde.
Besa mi labios por última vez, y sale de la pieza.
Cojo la camisa, los jeans y un par de toallas.
«Un largo día me espera..»
[...]
Bajo las escaleras de dos en dos, me siento nervioso por este día; levanto la vista y me observa con una gran sonrisa y claro, detrás mi padre mirándome con un "Sé fuerte cariño".
Al llegar, abrazo a mi Novio y a mi padre; salimos de casa.
—¿A dónde me llevarás?- al decir eso, toma mi mano sin previo aviso.
—No sé la respuesta-digo y agrego-Pero, nunca olvidarás este día- y sonríe.
Miro cada movimiento que da, miro sus facciones, la forma en la que sonríe por ver a algunos perros pasar, cuando me abraza porque un Tío pasa cerca a nosotros, cuando mira el suelo porque estamos en rojo, cuando me mira al ver que Yo le estoy observando.
Nunca olvidaré todas esas pequeñas cosas, cada vez que frunce el entrecejo al no poder resolver un problema de matemática, cuando no puede dejar de besarme, cuando se comporta de una forma muy agresiva o cuando a veces parece un niño.
¿Te olvidarás de Mí?
No sé si lo harás, no se si dejarás que el viento se lleve, todo nuestros recuerdos, a su paso. No se si llorarás por mi partida, si gritarás mi nombre al saber que ya no voy a estar a tú lado. No se si me recordarás cada noche antes de dormir o soñarás conmigo.
Quiero que me recuerdes, quiero que sientas que estoy allí contigo a tu lado, aunque esté a kilómetros de Ti.
—¿Mangel?- se para frente a Mí.
Una gota cae al suelo, toco mi mejillas y las lágrimas salían solas.
—¿Estás bien? ¿Volvemos a casa?-niego.
—Sí estoy bien..sólo-suspiro- recordé algo-y seguimos caminando.
En el transcurso, me cuenta de la pelea con su hermana y como dejaron las cosas en paz; también el caso de su padre y la rara aparición de su madre a mitad de la madrugada.
—¿July? ¿Enserio volvió?- sonreí.
Ruben adoraba a su madre pero, su padre le hizo creer que ese sentimiento era feo y raro; así que el pequeño Ruben de 11 años, comenzó a insultar a su madre, hasta que esta decidió llevarse a Mia y largarse de esa casa.
—S-Sí- su voz salió entrecortada- Joder, lo primero que hizo fue abrazarme y decirme lo mucho que me ama-.
Decidí no tocar más el tema.