[Para todas las que no entendieron lo de la frase; en la portada y en la descripción de la novela, podemos observar que hay una frase: "Él a cambiado últimamente" a eso me refería en el capitulo anterior, ya que, utilicé esta.]
Ruben
Tomo el dinero que me da Mangel, y observo su sonrisa porque sé que después de esto nunca la volverá a ver. Me paro del asiento, y nos damos una última mirada, él gira sobre sus talones y camina hacia el lado contrario, miro el par de billetes de diez que tengo en mis manos y suspiro con un aire de tristeza.
De ser un chico rudo, infantil, sin sentimientos, asesino, alcohólico, drogadicto, narcotraficante de drogas, gilipollas, etc. Ahora soy un chico que muestra sus sentimientos a la gente, que si hiere a alguien no hay momento en el que me sienta triste, pienso antes de hacer las cosas, me preocupo por los demás, y sobre todo, he aprendido a amar.
He aprendido a querer a las personas que me rodean, a nos golpearlas por acercarse a 'lo que me pertenece', a no insultarlas por cualquier cosa. Me sé controlar, y agradezco a Chris por todo lo que ha ocasionado en mí y por cada virtud que me enseñó.
Empujo la puerta de la cafetería y el olor a café americano inunda mis fosas nasales, al pasar la campanilla suena, y el hombre del mostrado me sonríe. Camino hacia él con mis piernas temblando, y pido un café cargado con tres cucharadas de azúcar rubia, el hombre me observa por segundos y me pide mi nombre.
—Ruben-murmuro.
—Bien joven Ruben, ¿desea algo más?- le entrego los dólares que me los dio Miguel.
—Ir a casa..-sacudo la cabeza- No, sólo eso y gracias- recibo el cambio y camino hacia unos sillones.
La vista que daba el ventanal, que tenía frente a mí, era estresante. Podía ver los aviones despegar con lentitud y a las personas caminar con apuro hacia sus gabinetes de abordaje, muero mi labio con los nervios creciendo dentro de mi y mi móvil vibra en mi bolsillo.
Dudo en contestar o no, pero al fin y al cabo lo hago.
—¿H-Hola?-su voz suena quebrada, puedo escuchar como respira entrecortadamente en la línea.
—C-Chris-murmuro.
—¿Dónde estás? ¿Por..qué no has respondido mi mensaje?-pregunta rápidamente, y seco una lágrima que resbalaba por mi mejilla.
—Escucha amo..-me interrumpe.
—¿Estás en el aeropuerto?-me quedo callado- ¿P-Piensas abandonarme? ¡Pensé que me amabas, Ruben!- exclama con furia y la línea se corta.
Y allí es donde reacciono, donde los nervios se convierten en angustia y sólo pienso en lo que mi novio podría hacer, en que cosas estarán pasando por su cabeza y me paro de un salto, las personas giran a verme por lo rápido que caminé hacia el mostrador.
—Rube..-me entrega la bebida.
—Deb ir a casa, debo ir a casa, él me necesita-camino con el café caliente en mi mano, pero no me importó y salgo corriendo de la tienda.
Tomo el primer taxi que veo, y le pido al chófer que conduzca hasta las la plaza de Sydney. Me adentro al automóvil y mis ojos observan a Miguel buscándome, y por un momento las ganas de salir de auto y correr a abrazarlo me ganan, pero me concentro en lo que estoy por hacer y cierro la puerta de este.
—El cinturón de seguridad-me indica el conductor, y asiento.
Me lo coloco, y al estar varios kilómetros lejos del aeropuerto, tomo el móvil y marco su número. Las palabras fluyen sin pensar, las palabras salen de mi boca con veneno y sé que le estoy haciendo daño.