Mangel
Tomo su mano con sumo cuidado, extrañaba sentirme feliz y amado, y él único que ocasionaba eso en mi era Ruben. Ambos estábamos en la entrada de la puerta observando la casa por fuera, él con una maleta en su mano izquierda y la otra entrelazada con la mía.
—Llevo viviendo algo de tres años y unos cuantos meses aquí, y voy a extrañar mucho la casa, Miguel-observo su perfil, y puedo ver como sus ojos brillan al borde de las lágrimas.
Aprieto el agarre en nuestras manos y el gira a verme, unas lágrimas resbalan por su mejilla izquierda y con mi dedo pulgar la limpio, él ríe y me abraza con fuerza. Puedo sentir su corazón golpear con fuerza contra su pecho, y sé que el mío ha de estar peor; nos separamos y doy un casto beso en sus labios.
Separa el agarre y de su bolsillo saca su móvil, pasan unos segundos, abre los ojos, toma mi mano y me jala hacia la vereda donde un taxi nos espera para embargarnos hacia el aeropuerto. Me empuja y me adentro al auto, él se sienta junto a mí y con rapidez le pide al conductor que nos lleve rápido.
—Hey, ¿qué pasa?- pregunto preocupado.
Porque cuando Ruben se desesperaba, todo, absolutamente todo salía mal.
—E-E-Es Chris me acaba de mandar un mensaje diciendo que en dos minutos está llegando a casa, y me preguntaba que había cocinado para la cena y-y-...-su voz se quiebra.
El auto comienza a avanzar, y dejo escapar el aire que se acumulaba en mis pulmones; beso su cabeza con ternura, odiaba verlo llorar, odiaba verlo triste.
—N-No puedo Miguel-se separa rápido- No puedo dejarlo con el corazón roto, debo ir, no debo dejarlo solo. ¡Joder! ¡Puede matarse si ve que no estoy en casa! ¡Sufre de debilidad emocional!- exclama con las mejillas empapadas.
Tomo su rostro en un acto de que se detenga, sus manos dejan de moverse en el aire, y sus ojos se posan en los míos.
—Ruben, ya tomaste una decisión. Me tienes a mí, justo ahora. Vamos a ser felices como antes, vamos a poder reír como hace años y disfrutar de la vida como siempre quisimos- mi dedo pulgar acaricia su pómulo, y puedo sentir lo tibio que está.
—L-Lo siento, suelo ser muy inseguro de todo..-se disculpa y me abraza.
Sus brazos me envuelven con fuerza, y doy palmaditas en su espalda. Lo restante del viaje transcurre normal, Ruben se quedó dormido en mi hombro escuchando algo de música y yo por mi parte, me quedé observando las afueras de Australia, maldiciéndome por no haber caminado por más calles.
Y mis ojos observan la tiende de ropa, y sonrío al ver a la mujer en la puerta con una sonrisa; apoyo mi cabeza sobre la suya y cierro los ojos de poco a poco.
Mis brazos se enrollan en su cuerpo, y disfruto de su compañía.
—Gracias-le entrego un par de dólares al conductor, y salgo del auto junto a Ruben.
Tomo su mano, y al hacerlo puede sentir como tiembla de los nervios y me preocupo.
—Sabes, podemos alquiler un hotel y pasar la noche allí, no es necesario irnos ahora-sugiero y el me mira.
—O podemos volver a casa-murmuro.
—¿Qué?-.
—Que..que sería mejor entrar, hace mucho frío y eso-me jala y entramos al aeropuerto.
Se sienta y yo le digo que voy a ir a sacar los boletos, y que por mientras puede ir a una de las tiendas y comprar algún chocolate caliente, le entrego unos dólares y se va.
Camino hacia la fila de pasajeros que conversaban entre ellos, me coloco detrás de un chico de cabello rubio.
—Entonces eran ciertos los rumores-escucho una voz familiar hablar, y dejo de revisar mi móvil para observar esos ojos verdes.
—¡¿Tony?!-exclamo y él asiente- ¡Tío, hace cuanto no te he visto!-nos damos un abrazo.
—Bueno, yo te veo en todas partes; desde caja de cereales hasta la cobija de mi hermana pequeña-reímos.-Dejamos de hablar desde que te mudaste a Madrid, déjame decirte que todos estos años te extrañé- responde con nostalgia en su voz.
—Yo igual, juro que intenté comunicarme, pero sólo se escuchaba el buzón de voz y mi madre dijo que era mejor dejarlo así- avanzamos un par de pasos, y unos tres o cuatro personas estaban frente a nosotros esperando para que las atiendan.
—Como sea, te tengo frente a ti y déjame decirte, extrañaba a mi mejor amigo-río.
—También te extrañaba Tony-comento y el rueda los ojos.
—¿Qué tal todo? ¿La banda? ¿Ruben?- pregunta.
Suspiro.
—Genial, estamos muy contentos con los resultados, nunca pensamos que llegaríamos tan lejos y..-digo y agrego- lo de Ruben, es una larga historia, pero justo ahora vamos de regreso a Estados Unidos- sonríe, y palmea mi hombro.
—¿Todo bien con él? Porque lo último que recuerdo de él, fue su agresividad y lo celoso que era-asiento recordando todo.
—Él a cambiado últimamente -murmuro.
[N/A: ¡La frase, La fraaaaase!]
—Me alegro de oír eso-suspira, y observa hacia adelante- Yo me voy a Canadá, mi novia se encuentra allá. Joder detesto hacer esto pero, cuídate amigo y no olvides que siempre estaré para ti ¿vale?- extiende sus brazos y nos separamos.
—Llámame cuando quieras, sigo teniendo el mismo número- comento al ver que está por irse a la siguiente ventanilla.
—Lo haré-revuelve mi cabello en forma de despedida, y avanza.
Camino hacia la ventanilla de la derecha, y un hombre de unos 30 años me atiende.
—Pasaporte-entrego el mío y el de Ruben, que me lo entregó antes de que se fuera- ¿Cuál es su destino?- escribe unas cosas en la computadora.
—Estados Unidos, estado California, condado Los Ángeles- informo y me observa.
—¿Usted y el joven Doblas van a ir?- asiento- Bien, dinero o ta..-le extiendo un cheque.
Hace las transferencias necesarias, y salgo de allí con dos boletos rumbo a California.
Llego hasta los asientos y observo los alrededores, no veo las maletas de Ruben y tampoco lo veo a él. Así que decido ir hacia la tienda de café, al llegar me adentro a esta y camino hacia el mostrador.
—¿De casualidad no ha visto a un chico de 1.90, cabello castaño, ojos verdes..?-pregunto preocupado.
—S-Sí, ¿Ruben, no?-asiento aliviado.
—¿Cómo sabe su nombre?- pregunto.
—Lo escribimos en los envases, así es más fácil ubicar a los clientes-dice y agrega- Hace minutos salió de la tienda, estaba deprimido y sólo decía cosas como 'Debo ir a casa'- asiento.
Salgo de allí, y antes de poder gritar su nombre; una llamada entra en mi móvil.
—Soy yo, no me busques por favor, no lo hagas. Yo..Te Amo joder, pero no soy capaz de romper el corazón de Chris, no soy capaz de terminar con nuestra boda. Soy un cobarde de eso no hay duda, pero por favor entiéndeme, no quiero que su situación emocional empeore y que termine suicidándose a mitad de la noche-bajo la mirada sinitendo mi corazón romperse- Miguel yo..uh..lo lamento, enserio y sólo déjame decirte que te voy a extra..-y corto.
"Y yo pensé que tendríamos un final feliz, pero me di cuenta que tu no me amabas lo suficiente como para sacrificar todo por mí."
[SPAM: Si quieren leer una novela, he publicado una se llama: Deaf y es..simplemente sentimental. Si quieren leearla vayan, sólo les prometo que les gustará.]