[Antes de empezar, quería decirles que probablemente en estas semanas (esta y la mitad de la otra) no voy a subir frecuentemente capítulos en esta y en todas las novelas, ya saben, exámenes finales.]
Ruben
Veo como trasladan a Miguel hacia la ambulancia, las niñas se amontonan alrededor con los ojos llorosos y diciendo '¿Se desmayó?' '¡Oh, no! Espero que se recupere!' 'Espero que el que le haya hecho eso a Mangel cobre las consecuencias' 'Lo que faltaba, han malogrado mi cumpleaños número doce'.
Acaricia el cabello largo de Amelia,—la cual no despegaba la mirada del suelo, supongo yo, sintiéndose mal porque su ídolo está herido y además, su cumpleaños número doce no terminó del todo bien— ella gira a verme con los ojos levemente llorosos, y me abraza fuerte; mis brazos rodean su espalda y comienza a sollozar en mi pecho, balbuceando cosas que no logro entender.
—A-Amelia- la separo, musita y limpia sus lágrimas- él estará bien ¿vale? Si se recupera, trataré de que se saque una foto contigo- sonríe entre llantos.
—¿Enserio harás eso?- pregunta sorprendida, y asiento ante su pregunta- ¡Te quiero!- exclama y todas las miradas se posan en nosotros.
Sus amigas me miran de pies a cabeza y eso me incomoda, ella lo nota y las aleja de mí, no sin antes decirme un 'Sé que al final ustedes dos terminarán juntos' y se marcha entrando nuevamente al salón donde su cumpleaños se celebra.
—¿Algo que decir?- los amigos de Miguel se acercan a mí con los brazos cruzados.
—¿Lo siento?- pregunto en un murmuro, y Michael rueda los ojos.
—Bueno, eso deberías decírselo a Miguel- pasa al lado mío y los sobrantes lo siguen.
Me subo al coche negro que conducía a la casa donde me hospedaba—en sí es la casa de la tía de mi novia, ella vive en otro estado, pero nos prestó la casa por estas vacaciones—, recuesto mi cabeza en la ventana y comienzo a admirar la ciudad. Aunque mis ojos observan todo a mi alrededor, yo sigo pensando en el beso que nos dimos, en como nuestros labios se unieron y como volví a sentir todas esas emociones que pensé que estaban olvidadas, ahora que recuerdo casa sensación como; el hormigueo en el vientre, la electricidad en la columna y los nervios, cosa que me pasó con Chris pero desde hace meses no he vuelto a sentir lo mismo con él.
El auto frena y abro la puerta, no sin antes escuchar a Michael decir que vendría por mi dentro de una hora y media. Cierro esta, y busco entre mis bolsillos las llaves de la casa, al encontrarlas abro y cierra la entrada.
Mi móvil vibra indicando un mensaje, lo desbloqueo y veo que es uno de mi novio.
'Sé que fue un tonto y fue muy cobarde de mi parte golpearlo, pero no me gustó que te besase y menos que me mintieras sobre eso. Estaré allá a las ocho, yo ya tengo mis cosas empacadas, sólo faltas tú y espero que me perdones por mi actitud... Aunque en cierta forma se lo merecía. Te amo, y te veo de aquí a unas horas.'
Suelto un suspiro, y juego con el celular en mis manos. Sé que esto no hubiera pasado si no hubiera seguido el beso, pero lo hice y desató muchas cosas. ¿Aceptar sus disculpas? Sí, pero tendría que disculparse con el mismo Miguel y no conmigo, en cierta forma.
Camino hasta mi cuarto, y comienzo a empacar mis cosas; las prendas de vestir, los útiles de limpieza, algunos cuadros, etc. Al tener todo listo decido ir al baño y darme una ducha, saco mi toalla y algo de ropa, miro el reloj y me doy cuenta que tengo quince minutos para que Michael venga por mí.
Me ducho, y me cambio. El timbre de la casa suena, tomo mi móvil y las llaves. Camino hacia la puerta y la abro, su cabello algo largo con una bandana amarrada a su cabeza, esperaba al de cabello rojo no a Joa.
—Joa ¿verdad?- dudo un poco, y él asiente.
—Michael se ha quedado cuidando a Miguel- caminamos hacia el auto negro, donde anteriormente había subido.
—¿Alguna novedad sobre su estado?- pregunto preocupado, y me adentro al coche, Joa me imita.
—Le han sacado radiografías del cráneo, a logrado salvarse por poco- suelto la respiración acumulada en mis pulmones y sonrío.
—Oh, gracias al cielo- murmuro.
—Sí, y gracias a tu novio por aquel golpe ¿eh?-.
Mis mejillas cobran un color carmesí y me sumerjo en una gran vergüenza, Joa se da cuenta y coloca una mano en su hombro.
—¿Estás seguro que él es el tipo de chico que buscas?-.
No, claro que no.
—Sí, y déjame decirte que lo amo y mucho- contesto con orgullo.
Deja de mentir, por favor.
—Vale- dice y agrega- Así que.. mañana se devuelven a Australia-.
—Sí- contesto frío.
—Hey, no era mi intención molestarte por el com..-.
—No es eso, sólo que..-observo sus ojos mieles, y algo me hace confiar en él- ¿Puedo contarte algo?- asiente.
—Claro-.
Y narra todo lo vivido, de cómo conocí a Miguel hasta lo que pasó hoy día, el beso y lo mal que me sentí al no poder evitar el golpe. Joa me entendió perfectamente, dijo que era normal que las personas se confundieran, pero que tenga claro de quien estoy enamorado.
—Sabes, esto me hace recordar a una historia romántica que leí recientemente- frunzo el ceño.
— ...- río.- ¿Cuál es el nombre del libro?-.
—Un Novio Agresivo-.
Observo como sostiene la fotografía con fuerza, y su boca pronuncia alguna palabras.
—Quiero que me quieras de esta manera, y necesito que me digas que me quede.-dice y agrega- Si dices que no sientes nada, si no lo sabes, sólo déjame ir-.
Sus ojos negros me miran esperando alguna respuesta, mi corazón late con fuerza y siento mi cuerpo temblar. ¿A quién debía elegir? ¿A la persona con la que pasé gratos momentos en Australia? ¿O aquella persona con la que me di cuenta que el amor a primera vista existía?
Mi cabeza da vueltas pensando.
¿Chris o Miguel?
Definitivamente no sabía a quién elegir.