Ruben
Me adentré al automóvil y me coloqué el cinturón de seguridad. El auto avanzó y apoyé mi cabeza en la ventanilla mientras trataba de guardar mi móvil en uno de mis ajustados bolsillos. Rendido, lo dejé en mi regazo y giré a ver a mi novio, que a decir verdad, en ningún momento me dirigió la palabra.
—Chris, uh..¿Estás molesto, conmigo?-no despega su vista del camino.
—No, sólo estoy pensando en algo- murmura y gira el volante, me voy un poco hacia la izquierda pero recobro el equilibrio.
—¿En qué piensas?- pregunto con una sonrisa divertida.
Sus ojos me observan por milésimas de segundos, y luego se posicionan en la carretera.
—En nosotros, en nuestra relación-.
Y esa respuesta nunca me la venía venir. Le pedí a Christofer que estacionara el auto y este me hizo caso. Me quedé un momento pensando en que iba a decir, ¿Qué se supone que respondería? ¿Acaso estaba mandando nuestra relación a la borda?
—¿Qué quieres decir con 'nosotros'?- me desabrocho el cinturón de seguridad y giro mi cuerpo hacia él.
—Yo..-toma mis manos, y siento como tiemblan- Ruben, quiero que escuches muy bien lo que te voy a decir, ¿vale?- asiento y el desvía por segundos su mirada y luego vuelve a mirarme- Me gustas y mucho, tú lo sabes, tú madre lo sabe, mi madre igual.. No quiero perderte, no me imagino una vida sin ti, sin tus chistes malo, tus risas escandalosas, tus paranoyas, tu miedo a la oscuridad y las arañas, tus llantos cuando escuchas los truenos o cuando me abrazas por la madrugada; todas esas pequeñas cosas son lo que valoro de ti y sé que en estas semanas nos hemos distanciado un poco, por no decir mucho, y me duele en cierta forma verte feliz, aunque yo también disimule mi felicidad. Nunca pensé que llegaría a enamorarme de ti, digamos que cuando me cerraste la puerta en la cara hace tres años me caíste de los peor y ahora míranos, somos una pareja, somos felices y nos apoyamos mutuamente. No quiero perderte eso no está en mi diccionario y aunque lo estuviera no dejaría que pasase, tengo un futuro planeado contigo, me imagino una larga vida junto a ti y nuestros niños- las lágrimas corren por mis mejillas- me imagino todo absolutamente todo. Sólo déjame hacer esto de una vez-.
Se quita el cinturón y de su bolsillo saca una cajita, forrada de terciopelo, y la abre frente a mis ojos. Yo no podía creerlo, aquel anillo dorado sobresalía y sólo me quedé atónito sin saber como reaccionar.
—¿Quieres casarte conmigo y hacerme la personas más feliz de todos los tiempos?-.
Me abalanzo sobre sus labios y les doy un largo beso, mis lágrimas dificultaban el afecto, pero eso nos nos importó.
Al separarnos me colocó la sortija en el dedo índice, y no evité sonreír al ver el grabado con una letra cursiva "18-10-12" esa fecha fue donde le pedí que fuese mi novio, aquella vez donde observábamos el atardecer y nos besamos.
—Chris, esto...-suspiro- Eso es fantástico, es hermoso. Mierda, Christofer ¡Te Amo!- me abalanzo a sus brazos y el me acurruca en su pecho, podía escuchar sus latidos cardíacos acelerarse y me pongo a pensar que los míos han de estar peor.
—Yo también Te Amo Ruben, eres lo más bello que me ha podido pasar- besa mi cabeza y cierro los ojos.
Nos quedamos varios minutos abrazados, disfrutando de esta nueva etapa en nuestras vidas, se podía decir que ya estábamos comprometidos, pero sin papeles y sin la declaración por parte de la Iglesia.
Retomamos el camino a casa conversando sobre todo lo que pasamos, recordando cada momento romántico, gracioso, triste, etc. No podía dejar de ver su sonrisa, se sentía raro saber que ahora eramos una pareja casi comprometida, no raro en el mal sentido, raro en el bueno ya que aquellos sentimientos por Chris aumentaban con cada segundo.
Recuerdo la vez que le dije a mi mamá sobre nuestra relación, ella río y me dijo que se lo esperaba en cualquier momento, en cambio, la madre de mi novio no reaccionó del todo bien, pero pasaron los días y nos aceptó.
Nuestras familias se llevaron bien con le tiempo, conocía a sus primos, mejores amigos, tíos, abuelos, etc, Él también conoció a toda mi familia, a excepción de mi madre e hermana.
Chris cierra la puerta de la entrada y me informa que irá a tomar una ducha, yo asiento y decido llamar a la única persona que podría retener mi emoción en estos momentos.
Pero, Miguel dice que quiere verme y a decir por su voz, acepto sin ninguna duda. Ahora podría decirle cara a cara esta increíble etapa que estoy viviendo y además era mejor decírselo frente a frente que por el móvil.
[Capitulo no editado, lamento las faltas ortográficas; lo acabo de escribir y estoy apurada. Lamento el retraso]