Epílogo.

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Epilogo

"Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza"

Todo lo que necesitas es amor. ¿Qué es el amor? ¿Cómo explicas ese cosquilleo que sientes en la panza cuando ves a la persona que te gusta o amas? ¿Esas ganas locas de rozar su boca sin impedimentos? ¿Esa manía de que todo el mundo sepa que ese alguien te pertenece a ti y a nadie más que a ti? Bueno, así es el amor. No importa si fue el primero o el segundo, no hay posición que le dé más o menos validación a eso que sentiste. Si fue amor, lo vas a recordar como lo que fue, amor. Y así fue mi vida. Conocí al amor de mi vida sin saber que lo iba a ser. Me enamoré. Me enamoré de sus defectos y virtudes, los cuales la hacían perfecta. Cada centímetro de su piel era una belleza única que me pertenecía. No fue el tiempo, ni tampoco los obstáculos que pasamos, lo que me hizo saber que era el amor de mi vida. Fue el amor. Fue eso que provocó en mí. Esas ganas locas de vivir mi vida junto a ella. Esas ganas de crecer juntos, de que sea mi compañera en este largo camino llamado vida. No solo me enamoré, me entregué ciegamente a una persona que no hacia otra cosa que hacerme feliz. Empezamos como unos tontos adolescentes enamorados pero no tardamos en ser con los años una hermosa pareja de jóvenes. Todavía recuerdo esos nervios que tenía cuando le pedí matrimonio. Nada me impedía hacerlo. Era verla despertar a mi lado y saber que quería que toda mi vida fuese así. Su 'si, acepto' abrió una puerta que cambió nuestras vidas. Éramos un matrimonio. Recuerdo cómo se veía, estaba perfecta en ese vestido blanco. Lucia hermosa mientras entraba del brazo de Niall a la iglesia. Optó por entrar junto a Niall y no su padre, pero eso no va al caso. Mientras la veía avanzar hacia mí, solo pensaba 'aquí está la mujer de mi vida, la mujer de mis sueños, el amor de mi vida'. No había otra forma de definirla. Era mi vida, mi voz, mi razón de ser. Pero, no tardamos en ser tres, bueno, cuatro. Su cara de alegría al decirme que estaba embarazada me llenó por completo. Y al cabo de nueve meses, no tardé en ser un hombre rodeado de mujeres. Unas hermosas mellizas llegaron a mi vida, dándome un placer único, el ser padre. Muchas personas aseguraban que el matrimonio al cabo de un tiempo se desgastaba o se pierde 'esa chispa' del comienzo. Pero, al parecer éramos la excepción a todo. Formamos una hermosa familia de cuatro. Cada día que despertábamos, la miraba y solo me convencía más de lo enamorado que estaba de ella. Era hermosa. No, perdón. Era perfecta. La vida me había sonreído. Y así llegaron los años, aunque éramos físicamente unos adultos de unos cincuenta y tantos, aun éramos por dentro esos dos adolescentes enamorados que se amaban con locura. También, llegaron los nietos. ¿Cómo paso el tiempo tan rápido? Aunque no había sido tiempo perdido, había sido feliz cada segundo de él.

Pero, volviendo al principio, mi pregunta principal era ¿Qué es el amor? Y ya la he respondido. Pero tenía una nueva duda ¿hasta dónde llega el amor que sientes por alguien? Y esa respuesta la conocí hace un tiempo...

-¿ Y la colorada quién es?-Pregunto Sophie con curiosidad. A pesar de sus ocho cortos años de edad, era una chica muy curiosa.

-Esa era la abuela. Esa foto la tomaron en nuestra graduación-respondí con un poco de tos.

-¿Y tú eras el que estaba junto a ella? Eras muy guapo abuelo-dijo casi gritando de emoción.

-¿Discúlpame jovencita? ¿Qué, acaso todavía no lo soy?-pregunté levantando la cabeza con gracia.

-Si lo eres abuelo, pero eres de la abuela. No pueden mirarte otras abuelas- cruzó sus brazos haciéndose la enojada.

Suspiré y la abrase.

-Ya debes irte a dormir Sophie-sonreí.

Saltó de mi regazo y se puso en frente mío.

-Te amo Abuelo.-

-Yo a ti-dije acariciando una de sus mejillas.

Sonrió y se fue corriendo a su nueva habitación. Como de costumbre, me fui a la mía con cortos pasos. 'Los años pesan' dije para mis adentros. Desde que Lively 'se había ido de viaje' contaba con las visitas frecuentes de mis nietas. Me puse mi pijama lentamente y me recosté. Como por acto reflejo, mire al retrato que había a mi lado. Era la primera foto que nos habíamos tomado. Teníamos 17 años y solo faltaban unos meses para que valláramos a vivir a España. Parecía esas fotos de revista. Nos mirábamos con una sonrisa. Dos adolescentes enamorados. Si, eso éramos y aún lo somos. Miré hacia el techo unos segundos y sonreí volteándome nuevamente para la fotografía.

-¿Recuerdas cuando dijimos 'hasta que la muerte nos separe '? Creo que deberíamos hacer dicho 'hasta que dejemos de amarnos'. Ya nos reencontraremos mi amor-una lagrima cayo por mi mejilla- ya nos reencontraremos.

Fin.

....

Gracias a todas las que leyeron esta hermosa novela, desde el principio o desde ayer, no importa, gracias! Espero que les haya gustado tanto como a mi. Cada vez que leo el final lloro como loca, porque es increíble que a través de palabras se pueda expresar tan lindo amor, ojalá todas puedan sentirlo igual que yo.
Bueno como último un millón de gracias a la página "Novelas R1DA", y a la autora de esta increíble novela, Wilkinson, por dejarme publicar la historia para que todas ustedes la puedan leer. Sin mucho más, simplemente gracias!!
Mica.

All you need is love. (Liam Payne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora