Ahora que mis años me pesan y hacen daño, ahora que mi cuerpo dejo de ser el mismo, me siento... abandonado y sólo.
Musa de inspiración, inspiración de mi vida, aún lamento tu partida desde hace muchos años, tú que me diste el regalo, de traer la luz del día, a dos bellos luceros en mis noches de vigilia.
Tu que no pudiste ver lo que vi frente a mis ojos, como se tiñó de rojo todo el cielo como un manto, y es que me alegra tanto que tú no hayas vivido, para sufrir como he sufrido sumido en mi tristeza.
Huracanes y tormentas no adolecen ni lamentan el daño que han causado, veo como caminan penando, como sus ojos llorando marchan hacia la nada, y rompe en llanto mi alma al sentir que ya la vida, aquí, no vale nada...
Y pensé, pensé que los salvaría, de sus densos ojos rojos, de su aliento a fuego y polvo, de sus garras afiladas, como dagas, como espadas... perdóname te lo pido, tus luceros y los míos, se han ido... se han marchado...
Recuerdo sus miradas destrozándome mi mente, corazón que se rompió en miles de pedazos, recuerdo claramente sus rostros y ese llanto.
Recuerdo la impotencia ante lo cruel de su destino, poco tiempo pudimos convivir tranquilamente, y es que... ¿En qué mundo vivimos? Que los que más han de partir, son los inocentes...
Tanto tiempo ha pasado, desde aquel horrible día, aún espero que la vida, me regale algunos años, para saber si volvería... a tenerlos en mis brazos...
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Laberintos
PoetryCaminando entre las sombras de mis miedos y fracasos, es en tu regazo donde al fin yo me consigo.