Estruendo tormentoso que anuncia mi salida, nuestras miradas se afilan al toque de campanas, y salimos otro día, extendiendo nuestras alas.
Navego en el concreto, navego en el asfalto, como un rayo de luz atravieso como un rayo, en mi piel ahora cubierta, lleva heridas y sus huellas de batallas ya ganadas.
Nuestro viaje llega entonces a nuestro único destino, observo con asombro este monstruo de ojos rojos, que devora y quema todo sin sentir dolor alguno.
Voluntad inquebrantable, heroísmo del oasis, en mi mente no hay combate que ya no pueda ganarle.
Han pasado muchas horas, ya la guerra está acabada, me levanto entre cenizas, entre escombros, entre muy pequeñas llamas... quizás todo acabó y ya aquí no queda nada, tu vida se salvó, y ya mi deuda esta saldada.

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Laberintos
PoesiaCaminando entre las sombras de mis miedos y fracasos, es en tu regazo donde al fin yo me consigo.