Cuento de hadas

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En el eterno brillo de tus ojos

En tu cálido pecho que es mi refugio

Me siento tranquilo

Me siento en casa


Perfecto amanecer de tu alma y la mía

De noche y de día te vivo soñando

La luna nos mira con cara de envidia

Porque bajo su luz tú y yo nos besamos

Dejando de ser dos, para ser solo uno


Suaves cual pluma de ángel mis dedos sobre tu piel

Y de entre cabellos color miel se pierden mis manos

Me encuentro hechizado por tu aroma de diosa

Haciéndome caer de rodillas ante ti, mi bello pecado


Cuando te veo, mi tiempo y mente detienes

Haciendo eterno como el sol cada instante de mi alma

Tan puro como un niño, el reflejo de mi amor

Que hasta el día de hoy continúa gobernando


Tú presencia inmaculada

Tú perfecta y limpia esencia

Tu voz que heridas cierra

Tu canto de sirena


Eres princesa adorada

Después de ti no hay nada

Y por eso para mí, eres mi cuento de hadas.

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