Fantasma del espejo

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Espejismo de este oasis que pensamos saciaría, la sed de cada uno, los sueños de tu mundo.

Desde el día hasta la noche caminando este desierto, de entre tormentas de arenas de inciertas intenciones, de aquellos viejos temores que aun hoy siguen penando.

Pienso que quizás no soy lo que tú estabas buscando, y no sé si digno soy ante lo que has encontrado, yo no sé si algo mejor habrás tenido o habrás visto, si lo ves el día de hoy o si tu sueñas conmigo.

Como otoño y el verano pasas con tus emociones, de acuerdo a situaciones tú has de demostrarlo, no es un camino certero, tampoco muy humano, no sé si alguien diría que me quieres solo algo.

Y quizás no sea yo el que tú estabas buscando, quizás soy solo algo que necesitarías, en una tarde fría en donde nos encontramos, quizás innecesario el comienzo de esos días.

Y siento, tanto vacío y hueco el espacio entre tú y yo, entre cadenas que halan de un lado al otro sin cesar, es un vórtice mortal en donde yo me pierdo a diario.

Impotente sin poder cambiar nada del pasado, del presente y del futuro, que aunque incierto he de soñarlo.

Ya no encuentro que más darte, todo de mi te has llevado, en bandeja no de plata, de platino y oro blanco, en tus manos he posado para que nada te falte.

Y me encuentro desgastado, deseando un respiro, débil mi señal de auxilio que me ha desconsolado, al ver que no han volteado y han seguido su camino.

Tal parece que soy yo, quien merece nada hoy, es quizás una lección, ser fantasma de quien fui y de quien no soy ahora.

Y me encuentro en un rincón contando los pedazos, de lo que de mi quedo, que de cenizas no nace, lo que di ya se acabó, ahora me quedo esperando.

Y nadie sabe distinguir, si eres tú o soy yo, la persona que aparece reflejada en el espejo.

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