Confieso

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Hoy sin vergüenza confieso que he llorado y con cada gota mis lágrimas, me dan otra razón para apartarme de tu lado.

Y es que me he dado cuenta que fui sólo un escalón, que en tu vida apareció para tus comodidades.

Y es que ahora se, que tus llantos y lamentos carecían de realidad, pues cuando se ha de lamentar, nadie se cruza de brazos.

Y a pesar que yo di todo, hasta lo último de mí, veo que no merecí ni la mitad de lo que he dado, pues en tus ojos nublados por lo que has de sentir, que es tan ajeno a mí, que me dejas olvidado.

Y es que ahora creo entender lo que tú si necesitas, otra alma y otra vida que sea opuesta a lo que soy, lo que hago y lo que doy para así tu valorarlo.

¿Necesitas tu pasar por tormenta y vendaval para amar tan fuerte algo? Un suicidio por encargo es a lo que me resigno, desde aquel turbio principio que me juzga y hace daño.

Y es que la honestidad no es sólo hacia los demás, sino al espejo mirar y saber lo que pensamos.

No sé si en el calendario apuntabas tú los días, en los que demostrarías que me quieres sólo algo o si tu quizás en cambio tan fría fingirías, sentir lo que decías sentir de vez en cuando.

Ni un poco de calor, cariño o compasión por quien te quería tanto, más bien tan sólo a cambio me arrojaste al callejón, frío y oscuro en donde yo, me he quedado destrozado.

Y ahora, con tus manos impecables, pretendías conservarme a tu lado el día de hoy, para usarme a tu favor, para así beneficiarte, ahora sé que no es por mí tu interés por preservarme.

Como una emperatriz me mantuvo encadenado, egoísmo encapsulado de carencias y delirios, alargando mi martirio aliviándose sus penas.

¿Qué pretendes tu lograr ahora que todo acabó? Lo que quieras lograr hoy antes debiste alcanzarlo, si me quieres o si no, si lo valgo o quizás no.

Palabras que el día de hoy me deja desconcertado, en este tiempo eclipsado por lo que quieres ser hoy y que no fuiste en el pasado.

Y se, que quizás no te merezca, que quizás estas arriba muy alto como estrella, pero por todo lo que di y de ti no recibí, a veces pienso que más bien, quizás tu no me merezcas.

LaberintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora