Blanco y negro

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He perdido la confianza en ti, triste y vano mundo, y por dentro me derrumbo al ver que todo es falso.

Desde ropa hasta el trato, esos fríos maniquís, de maquillaje carmín que con brochas se engalanan, actitudes que tan falsas, solo en las novelas hallas, de entre círculos cuadrados de los entornos sociales, creen ser la cima, del agua manantiales.

Tus bienes materiales y todos tus adornos, son solo el contorno de lo que realmente pasa, lo vacío y solitario de tu vida y tu destino, que sonríe amargamente por tener que ver tu mente, llenarse de ilusiones tan falsas como siempre.

Así viven sus días, ahogados en locura, de altas las alcurnias de emblemas familiares, rodando en carruajes de un utópico camino, inútil, vano y frio, que ignoran, que al final su apellido, la vida no ha de comprarles.

Su ego crece y crece tan alto y tan fuerte, el trato que decrece si no vistes de etiqueta, y que solo vales por el grosor de tu chequera.

Cual rueda de una feria el mundo es un ciclo, que como subes también puedes bajar, y a veces, sin aviso.

He aquí mi decepción, y lo difícil de este mundo, encontrarme la verdad, lo genuino y lo puro, solo me siento y espero, ya no pido, ya no busco, entre este claro oscuro que se me ha vuelto mi cielo, ya no veo otro matiz, de otros colores me ciego, pues el mundo es así, y solo miro blanco y negro.



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