Mirando fijamente con la mirada perdida, veo rozar sus mejillas gotas y gotas de agua, su ya marchita alma vibra con tal melodía, tan triste y tan vacía que a hace estremecer mi calma.
No puedo evitar llamarlo y calmarle su agonía, a cada segundo sentía que debía de marcharme, pero no podía dejarle sin decirle a que venía.
Luego que oyó mi voz, y lo que quería contarle, vi su rostro con temor e ilusión por escucharme, sus ojos opacados, reflejo de lamentos, su luz que a cal y canto había encerrado el tiempo.
Y así abrí aquel sobre, aquel sobre de palabras, observe como un espejo una vida de batallas, cada línea escrita, cada letra dibujada, sobre el papel como lienzo de un pintor, se pintan con tal horror las gotas disecadas, de la sangre derramada, de las lágrimas caídas muchas lunas ya pasadas.
Eleve yo mi mirada, hacia donde estaba el, lo mire justo a la cara, y aunque él no me veía, empecé a leer la carta.
A la par cual sinfonía caían lágrimas de llanto, no había forma, no había canto que domara su tristeza, su agonía izo bandera en su vida y en su mente.
Conteniendo mi tormenta, me acerco al final, y me doy cuenta al llegar de lo que se le avecina:
"Ya no me puedo mover, ya me cuesta respirar, te juro lo intente, y no lo pude lograr... mi vida, que sus horas cambiaría por tener tan solo un día junto a ti, con él y ella, en el cielo alguna estrella de este tiempo es testigo, y el olvido, no será eternamente. Confío puedas leerme, aunque mi mente este en delirio, recuerdo, caminos que corrimos juntos por los largos prados, el sol que sonreía, la luna nos besaba, el aroma de su piel, melodía de tu voz, compañía siempre fiel donde siempre fuimos dos, sé que solo eres tú, quien leer esto podrás, pues tus luces van aquí, una ya alcanzo el final, y la otra escribe así porque ya me he de marchar... nada de esto fue tu culpa, nunca te puedo culpar, sé que tu lugar por mí lo desearías cambiar, y en estas últimas líneas, como cual noche de gala, ahora que mis fuerzas se acaban, ahora que mi vida reclaman, solo deseo decirte... por la vida que me diste, por esperar y no rendirte, gracias..."
Larga pausa y rompo en llanto, mi voz se ha quebrado, aun no le digo, aun no le comento, creo que yo, lo guardare en secreto.
Y ante su ardua insistencia por saber el final, me aprovecho de su mal para contarle que un día, el sol volvió a brillar, voló alto en el cielo y por encima del mar, consiguiendo lo que al fin, alejo su soledad.
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Laberintos
ПоэзияCaminando entre las sombras de mis miedos y fracasos, es en tu regazo donde al fin yo me consigo.