Que me pregunten mis ojos si te extraño, en cada rincón, entre cada recuerdo, sobre cada lugar que posaste tu mano o en el dolor de mis sueños.
Pregúntale a mis manos si te extrañan, en cada nueva mañana que en tu piel se deslizaban y cuando entre tus finos cabellos mis dedos se paseaban.
Pregúntale a mi cuerpo si te extraña, cada noche y cada día cuando del frío corría hasta tus cálidos brazos, extraño tus abrazos, y tu aroma que hipnotiza, extraño tu sonrisa, extraño tu mirada.
Que le pregunten a mi boca lo mucho que te extraña, y extraña pronunciar tu nombre, y aquellos otros más que con cariño te llamaba, añoro las palabras, que desde dentro en mi nacían y sin más te regalaba.
Pregúntale a mis líneas de escritos y de versos si todavía te extrañan, en cada melodía, en cada sutil rima, en esta ironía de sólo imaginarme lo que fue aunque aún, mi mente te reclame.
Pregúntale también al tiempo si te seguiré extrañando, y por cuánto tiempo más me tendrá esclavizado, a tu aroma y a tu piel, a tus ojos color miel, a tu risa y tú cabello, a las noches de desvelo, a tus brazos mi refugio, a mis sueños vagabundos.
Y se, que aunque mi alma te extrañe, aunque el descanso no halle, sé que quizás deba resignarme, pues aunque a gritos te clame, y te desee a mi lado, en este tiempo de hoy en el que ayer fuimos uno, entiendo y me doy cuenta que... no podemos estar juntos.
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Laberintos
ПоэзияCaminando entre las sombras de mis miedos y fracasos, es en tu regazo donde al fin yo me consigo.