De tu vida y de tus sueños, de mis noches de desvelo, de mis pasos moribundos, de este lado abandonado por lo ajeno de tu mundo.
Tengo, en mi mente bien guardado cada aroma y color, cada gota de emoción, cada sentimiento en vano.
Preservo casi extinta la esperanza y mi honor, que hacen eco en un rincón donde mis deseos volaron.
Un cristal envejecido que refleja mi interior, que se ha calcinado hoy por el fuego de tu llanto... Aquel que sin dudarlo detendría, lo sé, sé que lo haría si estuvieras en mis brazos.
Unos lastimados pasos por heridas y dolor, que desde esta mi prisión me torturan y hacen daño, al no poder hacer más, nada más que contemplar como un cualquier extraño.
Y conozco, al detalle tu exterior, casi como tu interior y no sabes que lo hago... Sé a dónde vas y que comida te gusta, tu perfume personal y hasta la ropa que usas, tus colores preferidos, tus adoradas mascotas, amistades que frecuentas y aquellas noches de copas.
Recuerdo tus cumpleaños, como si hubiese estado ahí, también recuerdo asistir a tus clases de canto, aquellos viajes de campo, las noches por calles frías, desde siempre en oscuridad tu cuerpo era mi guía.
Pero nunca existí, al menos para ti, y desde siempre solo aquí es donde yo puedo encontrarte, escondida a simple vista en mi mente y corazón, tú recuerdo tan tranquilo y sereno, tan vivo y duradero, pero eternamente ajeno.
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Laberintos
PoesiaCaminando entre las sombras de mis miedos y fracasos, es en tu regazo donde al fin yo me consigo.