Laberintos

Desde mis sueños

Léeme otra vez la historia, no te muevas ni te alejes de mi lado esta noche, no dejes jamás de verme como lo haces ahora y cobíjame en las horas de este invierno vagabundo.

Te pido que de tu mano no me alejes ni me sueltes, no te muestres tan ausente cuando pido tu cariño, lo que a tu corazón le falte lo daré siempre del mío, para que no sientas frío en estas noches oscuras.

En tu corazón cerrojo del cual has perdido llave, se perdió en ese valle que alberga al olvido, en este pequeño limbo de mi joven corazón, en el que corre el reloj en un tiempo detenido.

Acaricia mi cabello, dime sin prisa alguna debajo de cada luna lo que yo soy para ti, lo orgulloso que estas hoy y lo mucho que me amas.

Deseo escuchar tu voz y contar juntos las estrellas, aquellas que me dijiste que alumbraban mi letargo, aquellas también que un día formarían parte de ti, cuando a lo alto ascendieras.

Por favor sólo te pido que lo hagas prontamente, besa de prisa mi frente que ya voy a despertar, prométeme que vendrás cada noche hasta mi cama, y te quedarás conmigo aunque sea a soñar, pues no quiero recordar ni tampoco aceptar, que ya tú no estás conmigo.

Por favor una vez más déjame sentir tu olor, tu ternura y tu calor que siempre me cobijaron, esas manos que contra todo lucharian, lo sé, sé que lo harían si siguieras a mi lado.

Pero al menos no es el fin, aunque tu cuerpo no este, aunque tú no estés aquí, algo aún me hace feliz, pues puedo verte aún aquí, justo aquí... Desde mi sueños.