Dylan & Bastian

4 - Dylan

Mayo del 2014

A veces Bastian se comportaba como un tarado.

—Esta es una mala idea —dije.

—Para vos, todo es una mala idea. ¿No sabés que las mejores cosas surgen de malas ideas? —me respondió. Un tarado con aires de sabio.

—Cosas como la electricidad o Coca-Cola. No sé qué podría salir de bueno de robarle la camioneta a tu papá cuando hace sólo tres días que tenés tu permiso de conducir. ¿Sabés todas las cosas que podrían salir mal?

—Por favor, no vengas con una de tus listas —se quejó encendiendo el motor y me pareció que mi pulso estaba comenzó a jugarle una carrera con la camioneta.

—Seré breve —dije abrochado mi cinturón de seguridad y agarrándolo fuerte con las dos manos—, ¡podríamos morir!

—O podríamos presenciar una hermosa lluvia de estrellas.

—Podríamos verlas tranquilamente desde la terraza —repuse aunque sabía que lo de las estrellas era una excusa. Lo que Bastian realmente quería era salir de la ciudad, sentirse libre lejos de la urbe, y quería hacerme salir a mí de mi pequeña burbuja. Pero yo estaba cómodo en mi burbuja. Amaba a mi burbuja.

—Las estrellas sólo brillan para los valientes, Dylan —dijo Bastian buscando mi mano.

Teníamos dieciséis años, ya estábamos mayores para estas cosas. Y éramos chicos; los chicos no hacían esto. Pero Bastian seguía estirando su mano hacia la mía y yo seguía tomándola como cuando éramos niños.