Abril del 2004
Cuando tenía siete, llevé a Dylan a conocer a mi abuela.
Ella estaba en un asilo y mi papá nos llevaba una todos los domingos a verla. Mi abuela era especial, como Dylan, ella sufría Alzheimer y no nos reconocía a ninguno de nosotros. Pero mi papá siempre decía que aunque su memoria no funcionaba bien, su corazón sí lo hacía y aunque ella no recordaba quienes éramos podía sentir nuestro amor. Yo la amaba. Me gustaba sentarme junto a ella y contarles montones de aventuras que me inventaba y verla cómo se sorprendía a saber que luché contra una docena de monos y viajé al centro de la Tierra.
Así que una tarde invité a Dylan y a su mamá a ir con nosotros. Tía Nora, así me pidió la mamá de Dylan que la llame, estaba realmente feliz de que Dyl saliera de casa, aunque él necesitase ir tomado de su mano durante todo el tiempo.
Pero al rato, Dyl se había sentado conmigo y la abuela mientras ella tejía un suéter en uno de los sillones de la gran sala llena de viejitos y sus familiares. Nuestras mamás nos miraban desde lejos mientras hablaban con la mamá de un compañero de clases de Dylan; aunque sabía que tía Nora nunca le sacaba la vista de encima.
—Blas era un gran pianista —dijo de pronto mi abuela, apartando la vista de del tejido entre sus manos y mirando el viejo piano de cola que estaba en la sala.
Sabía que ella estaba hablando de mi abuelo, quien había sido pianista famoso en su juventud, antes de retirarse e ir a vivir al campo con su esposa e hijos. Y es por él que yo había aprendido a tocar el piano.
Así que fui hacia el piano y comencé a tocar Arroz con leche.
Estuve tan concentrado mientras tocaba que no presté atención a nada hasta que terminé y mi abuela comenzó a aplaudir junto con muchas más personas, incluidos Dylan y nueros papás.
—Tocá más para mí, cariño —dijo con una sonrisa desdentada.
No supe si me hablaba a mí o a un sueño de mi abuelo, pero de todas formas toqué todas las canciones que me sabía. Ese fue mi primer concierto...
Y la última vez que vi a mi abuelita.
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Dylan & Bastian
Teen FictionTodo comenzó cuando Bastian le lanzó una lata en la cabeza a su nuevo vecino, Dylan, y desde entonces no se han separado, a pesar de que son algo diferentes... Bastian es un alma libre. Dylan es agorafóbico. Para Bas la música lo es todo y a veces s...