Dylan & Bastian

48 - Dylan

Julio del 2014

Flor se paró frente a mí, acorralándome contra el escritorio.

—Aquí —dijo, tomando mis manos y colocándolas en su cintura. Aunque ambos llevábamos varias capas de ropa por el frío, ese gesto hizo que me pusiera nervioso y cerrara instintivamente los ojos.

Y entonces sentí que se alzó de puntitas de pie y sus labios chocaron con los míos.

Los labios de Flor quedaron más tiempo en mi boca que los de Bastian; incluso los entreabrió un poco para profundizar el beso. Eran suaves, cálidos y sabían a cereza. Y me di cuenta de algo más.

Nada.

No sentía nada extraordinario ante aquel beso. Nada más que el pequeño nerviosismo habitual de tener a otro ser humano tan cerca de mí. Nada en comparación a la supernova que Bastian había generado en mí cuando me besó.

Cuando Flor se alegó, sus serios ojos marrones me dijeron que ella también lo supo.

¿Esto lo probaba todo? me dije.

En ese momento intenté ordenar mis pensamientos.

1. Flor no me atraía de manera sexual.

2. Posiblemente tampoco las chicas en general.

3. Posiblemente me gustaban los chicos... Aunque no podría corroborar esa hipótesis todavía.

4. Hasta el momento sólo Bastian había hecho que mi corazón lata de una manera extraña.

5. Más posiblemente aún estaba enamorado de Bastian.

—¿Y bien? —preguntó Flor—. ¿Qué te...?

Pero ambos escuchamos un ruido en el balcón.

—¡Dyl! ¿Tenés un momen...

Bastian estaba allí. Viéndonos con sus ojos como platos y los cachetes colorados.

—Oh... Dejá nomas. Veo que estás ocupado, picarón —dijo con una sonrisa pero su voz sonaba ahogada—. Y bueno... Nos vemos.

Antes de que cualquiera de los dos, Bastian salió huyendo por los balcones.

Quise llamarlo. Quise explicarle todo. Quise decirle que era él quien me gustaba. Quise patearme a mí mismo con todas mis fuerzas. Quise detener a las lágrimas que comenzaron a caer por mi rostro.