Agosto del 2014
Al volver del trabajo, mi madre me había encontrado en la oscuridad de nuestra sala, dormido en el suelo de tanto llorar. Aún somnoliento, me llevó a las rastras hasta mi cama. Pero ese, donde Bastian me había besado, era el último lugar donde quisiera estar.
Cuando desperté completamente, mi mamá estaba allí con la preocupación impregnando sus ojos grises.
—Mi vida, ¿está bien?—demandó saber—. ¿Qué es lo que pasó?
No fui capaz de responderle.
—Últimamente has estado muy decaído y algo alborotado a la vez —continuó—. Pero supuse que eran por los exámenes o tus nuevas amistades, por eso no quería ser una entrometida.
—Perdón, mamá —murmuré con voz ronca de tanto llorar—. Intentaba ser un adolescente normal y la cagué.
—No tenés nada de qué preocuparte por esas cosas—respondió, acariciando mi cabello—. Sólo tenés que ser vos mismo e ir acostumbrándote a esas cosas poco a poco.
—Ser un adolescente es una mierda. Y ser yo es aún peor.
—No digas esas cosas, mi vida...
—¡Es la verdad! —exclamé e inmediatamente me odié por levantarle la voz a mi madre—. Los demás me ven como una carga, como un fenómeno de circo con el cual entretenerse.
—Dylan...
—A veces siento como si fuera un perro callejero, de esos que cuando te los cruzas acaricias y les das mimos pero luego seguís tu camino sin ver atrás porque él no pertenece a tu mundo —dije enterrando mi cabeza en la almohada, aunque quisiera ya no me quedaban lágrimas que llorar—. Solamente... quisiera poder ser normal. Ir a la par los demás. Solo quisiera que no vuelvan a dejarme atrás.
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Dylan & Bastian
Teen FictionTodo comenzó cuando Bastian le lanzó una lata en la cabeza a su nuevo vecino, Dylan, y desde entonces no se han separado, a pesar de que son algo diferentes... Bastian es un alma libre. Dylan es agorafóbico. Para Bas la música lo es todo y a veces s...