Dylan & Bastian

67 - Bastian

Septiembre del 2014

Los días que siguieron a nuestra torpe declaración de amor parecieron un sueño.

Aunque sabíamos que este sueño terminaría antes de la primavera que invadía la ciudad con sus nuevos colores y sonidos, decidimos ignorarlo.

Dylan estaba decidido a apoyarme en mi decisión de adicionar para Juilliard. Disfrutaríamos esta primavera mientras durase. Estaríamos juntos pase lo que pase, aunque estemos en dos extremos opuestos de un continente. Esa había sido nuestra más reciente promesa de dedo chiquito.

Así que ahora debía esforzarme al máximo para entrar a Juilliard. Había conseguido comunicarme con aquel viejo juez, amigo de mi abuelo. Su fundación que fomentaba la conservación de arte clásico ofrecía una beca en Juilliard para artistas latinoamericanos e ibéricos, donde sólo se seleccionaría a tres candidatos entre músicos, actores y bailarines. La selección consistía en una primera parte donde cada aspirante debía representar una pieza clásica. Simplemente pasar a la siguiente ronda sería prácticamente imposible. Pero ensayaría hasta que la piel de mis dedos se caiga a pedazos si era necesario.

Haría que Dyl se sienta orgulloso de mí.

Él era realmente sorprendente. Él me había dado todo un universo con solo tomar mi mano. Y no habría forma en la Tierra que yo pudiera darle. Excepto...

Tomé mis hojas de pentagrama en blanco y comencé a trabajar. Nunca había sido bueno para componer pero la segunda parte de la audición consistía en una pieza original y yo estaba decidido a hacer mi mayor esfuerzo. Si era una canción sobre Dyl, sin dudas sería perfecta.

Y antes de que me diera cuenta, las notas habían florecido sobre los pentagramas en blanco.