74 - Dylan

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Noviembre del 2014


—Hola, tesoro —dijo mi mamá asomándose por la puerta abierta de mi habitación.

—Hola, má. ¿Qué tal el trabajo? —pregunté desde el escritorio donde estaba terminando un proyecto de física. Ya era casi media noche cuando ella llegó.

—Agotador. ¿Y tus estudios? —contrarrestó sentándose en mi cama. Lucky caminó hasta su regazo. Mi mamá era una señora realmente guapa, alta y delgada, con un largo cabello que castaño que usaba en prolijas ondas y ojos marrones finamente maquillados. Ella había sido modelo en su juventud... hasta que se casó con mi padre y comenzó a trabajar en una agencia de modelaje.

—También algo agotador. Pero me mantienen ocupado.

—Tesoro, ¿hay algo de lo que quieras habar? —preguntó de pronto, viéndome con sus profundos ojos chocolate.

—¿Cómo qué?

—Bueno... Acabás de salir del closet, como lo dicen, y te pusiste en pareja con un chico que quizás se vaya a la otra punta del continente en poco tiempo —comenzó a decir acariciando el pelaje del gato—. Estás pasando por mucho y con tu enfermedad eso me preocupa. Soy tu madre, te amo y no juzgaré tus decisiones. Pero tengo miedo de que rompas tu corazón de tal manera que te lastime para siempre. Como cuando tu padre...

—Lo de papá fue distinto —la interrumpí, repentinamente molesto—. Él no me amaba. Él nos abandonó.

—Y te lastimó muchísimo, Dylan —afirmó y su semblante estaba mostrando más emociones de las que estaba habituado a presenciar—. Nunca le perdonaré eso. Él dejó una cicatriz que nunca pudiste curar. Desde entonces vos comenzaste a temerles a las personas. Pero era más que eso, le tenías miedo a que te lastimaran, a que te mintieran. Y entonces llegó Bastian y trajo el sol consigo. Pero ahora se irá y temo que una parte de vos se vaya con él. Que su partida te haga un daño irreparable.

Cuando sus ojos comenzaron a humedecerse, me levanté de mi silla y me arrodillé frente a mi madre.

—Voy a estar bien mamá —dije tomando sus delicadas manos en las mías, el gato en medio de los dos. Y en este pequeño espacio se encontraba toda mi familia—. Ya no soy un nene, crecí. Sé que no va a ser fácil pero voy a pelear contra mis demonios. Quiero ser una persona más fuerte. Por vos, por Bastian y por mí.


Dylan & BastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora