Diciembre del 2014
—Mierda —puteé mirando mi celular muerto. Me había quedado sin baterías a mitad de camino.
—Pibe* —dijo el taxista llamando mi atención—. Te aviso que hay un piquete en la Avenida 9 de Julio y parece que esto va a durar mucho. Tardaríamos horas en poder ir por las demás calles. El Colón no está lejos, te conviene ir en subte* o caminando. (*Chico. *Subterráneo)
Mi corazón se cayó al piso y mi ansiedad subió hasta las nubes con la idea de tener que caminar solo por las calles más atestadas de Buenos Aires. Pero el taxista tenía razón, era lo que más me convenía.
Le entregué el dinero al señor con un casi gracias y me armé de valor antes de salir a la calle, el ramo de flores que había juntado de la terraza del edificio crujió cuando las apreté fuertemente contra mi pecho.
Podía hacerlo. No le fallaría a Bastian.
Ya en la vereda consideré mis opciones. Ir en subte me sería imposible. Por más que juntara una cantidad cósmica de valor no sabría cómo funciona. Así que fui caminando.
Mi pecho comenzó a doler a las dos cuadras. Mis manos sudaban mucho y estaba a punto de sufrir una taquicardia. Pero seguí caminando, concentrándome en las señales para saber a dónde ir, contando mis pasos para mantener mi mente ocupada. Cuando comencé a ver borroso a causa de las náuseas mantuve la vista fija en mis zapatillas, apenas levantando la mirada cuando debía cruzar la calle. Un paso y una respiración.
712 pasos y 712 respiraciones.
713 y esperé el semáforo.
714 y miré las flores en mis manos.
715 y el semáforo dio el paso.
716 y no vi el auto que cruzó en rojo.
Ok, ok, antes de que comiencen a juntar picos y antorchas para procesar como una horda furiosa hasta mi casa, sigan leyendo. Y ya luego si quieren me linchan.
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Dylan & Bastian
Teen FictionTodo comenzó cuando Bastian le lanzó una lata en la cabeza a su nuevo vecino, Dylan, y desde entonces no se han separado, a pesar de que son algo diferentes... Bastian es un alma libre. Dylan es agorafóbico. Para Bas la música lo es todo y a veces s...