Dylan & Bastian

16 - Dylan

Mayo del 2014

—Parece que ya no te da miedo subir acá arriba —dijo Bastian abriendo los ojos.

Lo había encontrado tirado en el piso de la azotea y casi creí que se había quedado dormido allí. Justo había salido de bañarme, aún con una toalla en mi cabeza, cuando su hermanita tocó mi puerta preguntándome por él. Instantáneamente supe que estaba acá.

—Ya perdí la cuenta de cuántas veces hemos estado en la terraza —respondí, tirándome también en el suelo.

—Dylan, vos nunca perdés la cuenta de nada —sonrió, volviendo a cerrar los ojos.

—¿Qué es lo que pasa?

—Nada.

—Vamos, Bas. Sé muy bien que las alturas no son tus mejores amigas y que no subís acá solo a menos que te pase algo.

—Sólo estaba pensando un poco —respondió.

—¿En qué? —pregunté, curioso. No es que Bastian no fuera alguien reflexivo, pero era raro que retraiga tanto cuando acostumbraba a divulgar cada mínima idea a todo el mundo.

—Mi vieja me inscribió en un test vocacional —respondió sin mirarme.

—¿Y eso?

—Ya estoy en último año de secundaria y aún no hemos hablado de universidades con mis padres.

—Cierto, la universidad —dije, mirando el cielo que parecía estar a punto de llover—. ¿Ya sabés qué querés estudiar?

—No —dijo. Pero sabía que estaba mintiendo.